miércoles, 20 de julio de 2011

Top10, TERCER CIELO SI NO ESTAS JUNTO A MI,Los mejores videos cristian...

La Vida de el Apostol Pedro

Hermanos y amigos, que el Dios verdadero (Padre, Hijo y Espíritu Santo) les bendiga a todos, Mateo 28:19, en esta oportunidad hablaremos con el tema: “La vida del apóstol Pedro, antes y después de su encuentro con Jesucristo”, esperando les sea de edificación.
Bien, comenzamos diciendo que el término apóstol, significa mensajero. Persona encargada de realizar una misión exclusiva. Pedro (mensajero de Jesucristo) fue llamado por el Señor con el propósito de ser un servidor de Dios, según Mateo 4:18 y 19.
Ahora bien, en el momento que el Señor Jesucristo hace el llamado a Pedro, éste se dedicaba al trabajo de la pesca de mar y no era ni fue nunca sacerdote, ni dirigía ninguna congregación religiosa, según Mar­cos 1:16 al 18.
En este mismo sentido, el apóstol Pedro al igual que los demás apóstoles, nació en Israel como también el Señor Jesucristo, en la región de Galilea, como lo confirman los escritores bíblicos, según Mateo 10:6 y 7; Lucas 5:8 al 11; Mateo 15:23 y 24 y Marcos 1:16.
Hermanos y amigos, en diversas ocasiones el apóstol Pedro, junto a sus compañeros fue enviado a predicar en diferen­tes ciudades de Israel, donde el Señor, por su extensa labor, no pudiendo ir personalmente envió a sus discípulos, según Mateo 10:1 al 7; Marcos 3:14 al 16.
Por otro lado, después del encuentro de Pedro con el Hijo de Dios, comenzaron una serie de experiencias so­brenaturales por medio del Espíritu Santo tratando en la vida de este apóstol, entre ellas: 1.- Entender que Jesús era el Cristo y Salvador del Mundo (Mateo 16:13 al 20); 2.- Caminar sobre las aguas del mar, por medio del poder de Dios, (Mateo 14:28 al 32). El apóstol Pedro por su carácter impulsivo y su vida abituada al pecado cometió errores que más adelante con la ayuda de Dios logró superar, entre ellos, por su orgullo personal y confiando en su propio fuerza, dijo que no negaría al Señor, pero al final falló tres veces, situación que le costó dolo­rosas lágrimas; también producto de la ira hirió en una ocasión una persona, según Mateo 26:69 al 75 y Juan 18:10 al 11.
Mis queridos hermanos y amigos, luego de que el Señor Jesucristo resucitó, apare­ció a sus discípulos y encargó a Pedro pastorear los demás discípulos e instruirlos en la voluntad de Dios expresada en las Sagradas Escrituras. Aclaramos que Jesucristo como Sacerdote sentado a la derecha del Padre intercediendo por los pecados de aquellos que le obedecen no delegó a Pedro el Sacerdocio, sino simplemente trabajar como pas­tor, según Juan 21:15 al 19.
Hermanos y amigos, la labor del apóstol Pedro como servidor de Jesucristo está plazmada en las Sagradas Escri­ras. Luego de recibir el bautismo del Espíritu Santo su vida cambió; siendo ejemplo de conducta para los hermanos en Cristo y realizando el trabajo que se le encomendó de parte de Dios, según las citas iguientes: Hechos 1:15 al 26; Hechos 3:1 al 10;
Hechos 3:11 al 26; Hechos 4:1 al 22; Hechos 5:17 142; Hechos 8:14a124; Hechos 10:1 a148; Hechos 11:1 al 18; Hechos 12:1 al 19; Hechos 15:6 al 14.
Tenemos también acerca del apóstol Pedro, prod­ucto de su interés en el bienestar de la Iglesia de Jesucristo, dos cartas contenidas en el Nuevo Tes­tamento escritas por él e inspiradas por el Espíritu Santo, en las cuales exhorta a los hermanos a vivir una vida santa y apartada del mal, a guardarse de los falsos cristianos que entrarían en la congregación, mantener la esperanza de la vida eterna y esperar el retorno del Hijo de Dios, según la 1ra. y 2da. Carta del apóstol Pedro.
Hermanos y amigos el apóstol Pedro murió en la nación Israel donde se dedicó a 1a predicación del Evangelio de Jesucristo y la enseñanza general de la palabra de Dios, como pastor. La Biblia no reg­istra todos los detalles de la vida personal de Pedro, sabemos que era casado y con suegra, como lo dice en Mateo 8:14.
Ahora bien, la vida del apóstol Pedro está registrada ­en las Sagradas Escrituras para nuestra enseña­nza y edificación y la vida de cada ser humano se está registrando en los Cielos; Pedro después que aceptó a Jesucristo como su Salvador y jefe tuvo sus fallos, pero Dios le ayudó a corregirlos y vemos todo lo que hizo en beneficio de la obra del Señor.
En la actualidad no se conserva una imagen o foto del apóstol Pedro ni de ninguno de los personajes bíblicos, las imágenes que aparecen simplemente son imaginaciones de los pin­tores y escultores, ya que la vida del apóstol Pedro en esos tiempos era estimada en nada por los gobernantes, además de que no había cámara fotográficapara esa época.
¿Se preocupa usted por agradar a Dios?
¿Ha pensado en aceptar a Jesucristo como su salvador y jefe?
¿Cuántas veces ha leído el manual del Señor Jesucristo, hoy conocido como el Nuevo Testamento?
¿Qué le han dicho del apóstol Pedro que con­tradiga lo expresado en la Biblia?
Concluyendo, usted y yo podemos estar junto a Pedro un día y también a los otros apóstoles que como él vivieron de acuerdo a las demandas del Hijo de Dios, pero puede estar también en el lugar de aquellos que no buscaron a Jesucristo como Salvador, tales como Herodes, Judas, Poncio Pilato, Caifás el sumo sacerdote y otros más, depende­rá de cómo nos conduzcamos en esta vida delante de Dios.

miércoles, 6 de julio de 2011

La vida De Mateo

SAN MATEO
 (Siglo I)
 
El encuentro de Jesús con Mateo, el publicano, fue piedra de escándalo para los escribas y fariseos que andaban ya espiando los pasos de Jesús para indisponerle con el pueblo. El territorio de Cafarnaúm era paso obligado para los traficantes de Mesopotamia y de las ricas regiones de Tiro y Sidón con Palestina y con Egipto. Por esa razón eran varios los pequeños publicanos o recaudadores de impuestos y contribuciones que tenían arrendada a los grandes recaudadores del Imperio la exacción de tributos en determinados puestos de la región. Estos publicanos o alcabaleros tenían entre sí cierta organización. San Lucas nos habla de Zaqueo, jefe de publicanos (19, 2). Como pasa en todas partes, eran mal vistos del pueblo; pero de modo especial de los puritanos escribas y fariseos, porque consideraban humillante para el pueblo de Israel pagar tributos al Imperio romano y también porque los publicanos se veían obligados a tratar con paganos y gente extraña a Israel, incurriendo con ello en impureza legal. De ahí que era corriente juntar en expresión estereotipada a publicanos con meretrices, pecadores y gentiles (Mt. 18, 17; 21, 31-2; Lc. 18, 10; Mc. 2, 15, etc.).
 Dado este descrédito popular, los evangelistas Marcos y Lucas, al narrar el llamamiento de Jesús a Mateo, le dan su segundo nombre de Leví al publicano, sin identificarle expresamente con Mateo, con cuyo nombre figurará siempre en la lista de los doce apóstoles (Mt. 10, 3; Mc. 3, 18; Lc. 6, 15). Sólo el humilde San Mateo, para resaltar más la bondad y misericordia de Jesús, se identifica a sí mismo con Leví y se da el nombre de Mateo el publicano.
 Jesús rompe con aquellos prejuicios farisaicos y al pasar junto al puesto de recaudación de Leví-Mateo le invita a seguirle. Mateo, que sin duda había visto y oído predicar en varias ocasiones a Jesús, se decide a abandonar su puesto y a seguirle definitivamente, y gozoso, como hará en otra ocasión Zaqueo, le invita, junto con varios compañeros de recaudación, a comer a su casa. Desde entonces la casa de Mateo será la escogida por Jesús para descansar en Cafarnaúm de sus excursiones apostólicas en Galilea.
 Pocos meses después, de entre sus varios discípulos Jesús escoge los doce apóstoles, a quienes dedica sus mejores cuidados en prepararlos para encomendarles su Iglesia y la conversión del mundo. San Mateo, uno de los doce, permanecerá siempre al lado de Jesús durante los dos años aproximadamente que le restan de ministerio.
 Después de la resurrección y ascensión de Jesús, San Mateo permanece algún tiempo con los otros apóstoles en Palestina. Bajo la dirección de Pedro, Mateo con los demás apóstoles catequiza a los nuevos cristianos que por centenares y millares, recordando los milagros y las enseñanzas de Jesús, se presentan a pedir el bautismo y recibir orientación de nueva vida. Se agrupan entre sí formando el primer núcleo de la Iglesia alrededor de los apóstoles.
 La fortaleza y decisión de éstos después de la venida del Espíritu Santo se comunica a los nuevos discípulos, que si un día, bajo la influencia de los pontífices y de los fariseos, habían abandonado al Divino Maestro, ahora se le adhieren fielmente desafiando las iras de quienes le habían dado muerte, los cuales van quedando aislados y sin el apoyo del pueblo.
 La predicación de los apóstoles toma forma de catequesis como explicación de la doctrina y de los hechos de Jesucristo y el relato de su muerte y resurrección. No pocos son los que ponen por escrito aquella predicación (cf. Lc. 1, 1-2). Entre ellos San Mateo, testigo inmediato del ministerio de Jesucristo. Acostumbrado a redactar esquemáticamente los datos de su antigua aduana, expone en estilo breve los hechos que él mismo había presenciado y con mayor detenimiento recoge las parábolas y discursos del Señor, especialmente los de Galilea. Su libro es el primer evangelio, escrito en hebreo, o mejor dicho en arameo, la lengua popular que usó Jesucristo, traducido muy pronto al griego y probablemente ampliado, que es el que hoy poseemos, reconocido por la Iglesia como inspirado por el Espíritu Santo.
 Este evangelio, como los de San Marcos y San Lucas, con mayor o menor dependencia entre sí, contiene en realidad el resumen de la catequesis primitiva de San Pedro y demás apóstoles en Palestina. Su valor histórico y apologético es indestructible y definitivo.
 Las circunstancias en que San Mateo escribió su libro y el destino inmediato que le dio dejaron impresas en él algunas características que le distinguen de los demás evangelios. Mateo escribe en Palestina para los primeros cristianos convertidos del judaísmo, en contacto inmediato con los demás judíos que alimentaban su espíritu con la lectura de los libros de la antigua ley, con su historia y sus profecías, y tenían puesta su esperanza en el Mesías prometido a Abraham, a Moisés, a David, renovada la promesa a través de los siglos.
 Mas desde años atrás, los dirigentes del pueblo de Israel, saduceos, pontífices, fariseos, humillados por haber perdido la independencia de Israel y verse subyugados por el Imperio romano, olvidándose de la misión espiritual del futuro Mesías, se fingen un Mesías temporal, poderosísimo, que les libere del yugo romano y que establezca en Jerusalén el imperio universal dirigido por los israelitas: una nueva era perpetua de prosperidad y de riqueza y bienandanza terrenal. Sin excluir al Dios verdadero, que será reconocido y adorado por todas las naciones; pero será el Dios de Israel para honra y gloria de los israelitas.
 En estas circunstancias expone San Mateo la predicación de Jesús en Galilea y explica por qué rehuye proclamarse públicamente el Mesías enviado por Dios, y cómo a través de su predicación, de sus parábolas, va cambiando paulatinamente el falso concepto popular del Mesías, sustituyéndole por el verdadero, que aún conservaban personas escogidas, como Zacarías e Isabel, el anciano Simeón, Ana la profetisa y otras varias.
 Después de la ascensión de Jesús quedaba aún flotando en el ambiente palestinense la pregunta: ¿pero, al fin, era Jesús el verdadero Mesías prometido?
 Además de la dificultad de comprender la misión espiritual del Mesías, bastardeada por los escribas y fariseos, se les hacía también difícil juntar en una sola persona los rasgos que en diversas ocasiones y épocas atribuían los profetas al que había de ser enviado por el Señor. Unas veces se anunciaba que había de ser el mismo Dios creador y protector de Israel quien había de realizar la obra que otras veces se atribuye al prometido hijo de David. Por otra parte, Isaías lo presenta como redentor que con su pasión y muerte satisface por los pecados de la humanidad y establece un nuevo reino de Dios que rebasa las fronteras de Israel. Jesús en su predicación da por supuesto que en Él se realizan estas profecías y unas veces alude a un aspecto y otras a otro. En el último período de su ministerio ya habla abiertamente a los apóstoles y sólo a ellos de su pasión y muerte, añadiendo siempre que al tercer día había de resucitar. Los apóstoles, a pesar de su buena voluntad, quedan como desconcertados. Tienen fe en Jesús, confirmada con multitud de milagros y con la bondad y santidad del Maestro. Cuando les pregunta si también ellos quieren abandonarle, como los de Cafarnaúm, San Pedro rápidamente responde: "¿Y a quién iremos?: Tú tienes palabras de vida eterna". Sólo cuando captan la doctrina de la Encarnación del Hijo de Dios se hacen con la llave de estos misterios y aciertan a coordinar en la persona de Jesús los diversos aspectos de las profecías.
 Todo ello explica por qué San Mateo, a diferencia de los otros evangelistas, escribiendo en Palestina para los israelitas cristianos, pone especial empeño en hacer resaltar el carácter mesiánico de Jesús, anotando en multitud de pasajes de su vida, desde la genealogía y nacimiento virginal hasta su pasión y muerte, los lugares de los profetas en que ya lo anunciaban. Jesús es el verdadero Mesías prometido a los patriarcas y profetas. Los judíos no tienen ya por qué esperar otro Mesías salvador.
 Ante la ausencia de datos históricos en que pudiéramos basar la semblanza del apóstol y evangelista Mateo, parece que debiéramos recurrir a su libro para captar los rasgos de su personalidad: mas ni él ni los otros evangelistas hablan nunca de sí mismos ni transparentan sus sentimientos. Si alguna vez hacen una levísima alusión a su persona lo hacen de modo velado y anónimo. Su única preocupación ,consiste en transmitirnos fielmente los hechos y la doctrina de Jesús. Esta "divina impasibilidad" nos impide hacer de San Mateo un análisis psicológico basado en su libro. Mas, si no sobre su persona, sí podemos entrever en qué aspecto de la predicación de Jesús se fijó San Mateo con preferencia a los otros evangelistas. El de San Mateo es el evangelio del reino de Dios, el evangelio de la Iglesia, que Jesucristo fundaba. En multitud de parábolas que recoge de labios de Jesús manifiesta las diversas facetas de este reino. No menos de cincuenta veces menciona el reino de Dios o reino de los cielos, expresión más acomodada al uso de los judíos.
 Este reino de Dios se inicia ya en este mundo; lo inaugura Jesús al infundir a sus discípulos un nuevo espíritu. Es el nuevo pueblo con nuevo espíritu que sustituye al pueblo de Israel. Es la buena nueva, el evangelio del reino, que será anunciado a todas las naciones, invitándolas a entrar en él. Israel como pueblo escogido ha terminado su misión. Los israelitas, antes que nadie, son invitados individualmente a formar parte del nuevo reino, que será universal.
 A este nuevo reino de Dios, de que hablan también los otros evangelistas, sólo San Mateo le da el nombre de Iglesia, constituida como cuerpo social, con sus autoridades (Mt. 18, 17), fundada sobre la roca que es Pedro, contra la cual nada podrán los poderes del infierno (Mt. 16, 18).
 Esta doctrina de Jesús recogida por San Mateo será explanada por San Pablo en sus epístolas. Pero no ha sido San Pablo el que inventó la eclesiología, como pretenden los protestantes liberales. Por San Mateo nos consta que fue Jesucristo quien fundó la Iglesia y enseñó explícitamente cuáles eran sus elementos constitutivos esenciales. En los Hechos de los Apóstoles nos describe San Lucas la puesta en marcha y primer desarrollo de este nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia.
 De la vida apostólica de San Mateo tenemos muy pocos datos ciertos. De entre la variedad de tradiciones y leyendas, la Iglesia escoge en el breviario las que cuentan con mayor apoyo tradicional, preferidas también por los Bolandistas.
 Después de unos años de apostolado y catequesis en Palestina, San Mateo se trasladó a Etiopía de Egipto, donde confirmaba su predicación con multitud de milagros, entre los cuales sobresalió la resurrección de una hija de Egipo, rey de Etiopía. Movido el rey y su familia por este portento, abrazaron la religión cristiana, que se extendió rápidamente por todo el reino.
 Después de la muerte del rey, su sucesor Hirtaco pretendió casarse con Epigenia, hija de su predecesor en el reino. Mas, habiendo ésta consagrado a Dios su virginidad por consejo de San Mateo, airado Hirtaco al no conseguir que el apóstol la persuadiera a acceder a sus deseos, ordenó dar muerte a San Mateo mientras celebraba el santo sacrificio, uniendo así el apóstol el sacrificio de su vida al de Cristo crucificado.
 Las reliquias del santo apóstol fueron trasladadas a Salerno, donde se veneran con gran devoción.
 FRANCISCO BARBADO VIEJO, O. P.

San Mateo
Apóstol y Evangelista
 
Mateo significa: "regalo de Dios".
Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.
Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.
Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".
Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto.
Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"
Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ej. El Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.
El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.
Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No dejemos de leerlo y meditarlo.
A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.
Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio.
Decía Jesús "Convertíos y creed en el evangelio" (Mc. 1, 15).

martes, 5 de julio de 2011

La Vida De Pablo

~ Pablo, Apóstol ~

Origen y juventud.
Saulo nació en Tarso de Cilicia, centro de cultura y saber griegos (Hch. 21:39), de una familia judía de la tribu de Benjamín (Ro. 11:1; Fil 3:5) Cuando el martirio de Esteban (33/34 o 35/36), era aún «joven» (es decir, de unos 30 años; en el 62/63 se llama ya viejo; (Filemón 9); hubo de nacer en los primeros años de la Era Cristiana. Su familia pertenecía a los «hebreos» (Fil. 3:5), es decir, a los judíos de lengua aramea, y a los fariseos (Hechos 23:6; Fil. 3:5), y era irreprochable en cuanto a la «justicia» (Fil. 3:6). Su padre era ciudadano de Tarso (Hch. 22:28), lo que supone que hubo de ser de buena posición (cfr. Fil. 3:8). Saulo fue circuncidado al octavo día de su nacimiento (Lv. 12:3 Fil 3:5) y recibió el nombre de Saúl (es decir <el deseado>; griego, Saulos, de donde Saulo) y el romano y el romano de Pablo (Hch. 13:9). El niño fue instruido en la lengua aramean (Hch. 13:9) y educado en la fiel observancia de la ley y de las tradiciones de los mayores.
Según la costumbre judía, desde los cinco años debió de aprender a leer en la Biblia hebrea. Desde su juventud, Pablo aprendió igualmente la lengua griega, que era la corriente en Tarso. Por razón de su educación farisea, se duda si frecuentó también alguna de las muchas escuelas griegas, en aquel importante centro de cultura helenística. Pablo cita incluso algunos escrítores griegos (Arato, Phaen. V, 429 [Hch 17:28]; Menandro, Thais [1 Co. 15:33]; Epiménides, Or. [Tit. 1:12)).
A los quince años, Pablo fue enviado Jerusalén para formarse a fondo en el conocimiento de la Escritura y de las tradiciones y métodos rabínicos; según algunos los padres de Pablo se habrían nuevamente establecido en Jerusalén cuando era aún muy niño. Allí fue discípulo de Gamaliel (Hch. 22:3), hombre piadoso, pacífico (cfr. 5:34-39) y abierto, que no se sentía hostil a la cultura griega. Bajo su dirección, Pablo aprendió a fondo el Antiguo Testamento, los métodos exegéticos de los rabinos y se convirtió en adicto entusiasta de los fariseos. «celador extremado de las tradiciones de los padres» (Gá. 1:14; Hch. 22:3).
A su educación rabínica debe Pablo, no sólo muchas ideas religiosas y un conocímiento a fondo del Antiguo Testamento, sino también su dialéctica. y su método exegético. Como los rabinos interpretaban los hechos y objetos mencionados en el AntiguoTestamento como símbolos de la ley, así Pablo explica los sucesos de la historia de la salud como símbolos de la economía cristiana de salvación, por ejemplo, Sara como tipo del Nuevo Testamento y Agar del Antiguo Testamento (Gá. 4:21-31; cfr. 1 Co. 10 6. Pablo veía en el conjunto del Antiguo Testamento la prepación y figura de la revelación y de la salud traída por Cristo, e interpretaba la Escritura según la intuición de su fe cristiana. Así entendido, el Antiguo Testamento revela verdades que no pueden ser descubiertas ni por exégesis filosófica ni por la historia. Para ello seguía Pablo el método exegético de los rabinos, según el cual se toman como oráculos ciertos textos, entendidos fuera de su contexto y desligados del mismo. Además,Pablo toma ciertos temas a los midras judios, por ejemplo la promulgación de la ley por un ángel sobre el monte Sinaí (Gá. 3:19),la roca que camina (1 Co. 10:4), los nombres de los magos egipcios (2 Ti. 3:8). Pablo es un rabino cristiano que posee el espíritu de Cristo y se ha liberado de la mentalidad de su escuela y de la casuística de sus maestros judíos.
Según la costumbre judía, Pablo aprendió también un oficio; Pablo era de profesión fabricante de tiendas (Hch. 18:3), lo que significa o que fabricaba tiendas con lona comprada para ellas, o, lo que es más probable, que tejía él mismo la lona; Cilicia era conocida por los Cilicia, tela tejidas de pelo de cabra, de las que se fabricaban tiendas y mantas de viaje. Durante su actividad apostólica Pablo ejercía su oficio para ganarse el sustento (Hch. 18:3; 1 Co. 4:12; 1 Ts. 2:9) y vivir independientemente (1 Co.9:15).
La personalidad de Pablo
Pablo es la personalidad más influyente en la historia del cristianismo. Desde su conversión en el camino de Damasco su vida estuvo siempre dominada por una ardiente devoción a Cristo, quien se convirtió en el motivo, el objeto y el motor de su predicación, que ha marcado la dirección del cristianismo desde entonces.
El exterior del apóstol no era impresionante ni atrayente; sus adversarios le echaban en cara que «su presencia era poca cosa y su palabra despreciable» (2 Co. 10:10); él mismo alude también a su exigua estatura corporal (2 Co. 10:12-14). Su salud era débil; Pablo sufría una enfermedad que él mismo califica de aguijón de su carne y bofetón de Satán (2 Co. 12:7-9); es un sufrimiento doloroso, humillante y crónico, como lo confirma Gá. 4:13-15. Pablo poseía temperamento de jefe, voluntad de hierro, constancia inquebrantable, sentido para la iniciativa, extraordinaria capacidad de trabajo y resistencia, y un carácter conquistador; su carácter era, además, apasionado, impetuoso y dominador, que se entregaba de modo total al amor o al odio. Mas, junto a su férrea voluntad, Pablo tenía también un alma de fina sensibilidad y condescendencia, y un corazón lleno de ternura (cfr. 1 Ts. 2:7s.; 2 Co. 12:15; Gá. 4:19.; Fil.1:8, etc.), que se pegaba a los hombres y despertaba fuerte simpatía, que sentía profundamente la necesidad y el dolor de los demás. Como pensador, Pablo fue esencialmente un espíritu intuitivo, que concebía la religión más por visión inmediata que por razonamiento discursivo. Sin embargo, fue juntamente un poderoso dialéctico, y su capacidad natural se perfeccionó aún más por su formación rabínica. La naturaleza y el arte le decían muy poco; era más bien un psicólogo introspectivo. Sus comparaciones e imágenes están tomadas generalmente de la vida ciudadana, de los soldados o del derecho.
Pablo fue un escritor de ingenio, que disponía de un vocabulario extenso y de un conocimiento sólido de la lengua griega. Su lengua es el griego corriente entre la clase culta de su tiempo, salpicado con numerosas expresiones tomadas de la versión griega de los LXX, que era la más común entre los judíos de la diáspora. Su estilo es cuidado, sus frases se hallan muchas veces sobrecargadas de incisos y hay ocasiones cuando se presiente más el estilo oral que el cultivo de la escritura.
No raras veces, por el movimiento y calor de sus ideas y sentimientos, alcanza espontáneamente la cumbre de la elocuencia (por ejemplo, 1 Co. 3:21-23; 13; Ro. 8:31-39). Le gusta valerse de la diatriba griega; quiere llegar lo antes posible a establecer contacto con sus lectores, como un orador con sus oyentes; los interpela, les dirige preguntas (por ejemplo, Ro. 3:1; Gá. 3:19), hace intervenir un supuesto adversario (Ro. 9:19; 11:19), pone objeciones (Ro. 2:1, 3; 9:20; 14:4, 20, 22). Ama las antítesis (Dios/mundo, justicia/pecado, espíritu/carne, espíritu/letra, fe/ley, hombre viejo/hombre nuevo, primer hombre/último hombre, obras/fe), las personificaciones (del pecado: Ro. 7:13s., 17; de la justicia: Ro. 10:6; de la Escritura:Gá. 3:8, etc.).
Era un hombre que creaba interés en torno a sí, que atraía a los demás y emanaba amistad. La lista de veintisiete nombres en Ro:16 nos descubre una pequeña parte del círculo de sus amigos íntimos. Escribe una carta a un amigo rico para salvar la vida y recomendar a un esclavo al cual ha hecho su hermano en Cristo en la prisión. Es agradecido con los pequeños favores, y se interesa por la iglesia en Jerusalén cuando los malos tiempos ponían a los pobres en dificultad.
Según S. Juan Crisóstomo Pablo ocupa el primer puesto en el cristianismo como teólogo, y no sólo en los primeros siglos , sino en las iglesias de todos los tiempos
Pablo murió decapitado en el año 67 DC
CIUDADES RELACIONADAS CON LA VIDA DE PABLO
1. Tarso de Cilicia: Ciudad natal de Pablo.
2. Jerusalén: Ciudad donde estudia la ley de Moisés con el gran rabino Gamaliel, asiste al Concilio de los Apóstoles y, antes, al martirio de Esteban; y allí es, a su vez, apresado por los romanos.
3. Damasco: En sus cercanías se convierte a Cristo y de ella escapa por una ventana en la muralia acosado por sus perseguidores.
4. Antioquía: Iglesia fundada por Bernabé. Lugar de partida de tres primeros viajes misioneros; allí reciben los discípulos por primera vez el nombre de cristianos.
5. Galacia: En la región situada en el centro del Asia Menor, a los crisisanos Pablo escribe desde Éfesc una carta para defender a los hermanos de los "judaizantes" o falsos hermanos, que querían imponer a los convertidos de la gentilidad las observancias de la ley de Moisés.
6. Filipos: Centro importante de la región de Macedonia. Durante su segundo viaje misionero Pablo funda en esta colonia romana una iglesia con la cual estará siempre ligado por los lazos más firmes de amor cristiano.
7. Tesalónica: En esta ciudad -capital de la provincia romana de Macedonia- funda una iglesia a la que escribe dos cartas desde Corinto. La primera es el escrito más antiguo del Nuevo Testamento, y estando en Tesalónica recibió ayuda de la comunidad de Filipos.
8. Atenas: Ciudad griega donde Pablo predicó a un grupo de hombres de cultura durante su segundo viaje misionero.
9. Corinto: La iglesia de allí fue fundada por. Pablo en su segundo viaje. Allí predica y trabaja en ella. A esta comunidad dirigirá dos cartas, la primera desde Éfeso y la segunda desde Filipos.
10. Colosas: Pequeña ciudad en la región de Frigia, al este de Éfeso. Esta iglesia fue fundada por un discípulo de Pablo, Epafras, y a ella dirige una carta sobre los peligros que los amenazan.
11. Éfeso: Iglesia fundada por. Pablo en el tercer viaje.
12. Cesarea: Ciudad en la costa de Palestina donde vivió preso durantc dos años, siendo procuradores F6lix y Porcio Festo. De aquí partió Pablo para Roma en el viaje dc la cautividad.
13. Roma: Capital del Imperio Romano. A la comunidad cristiana de allí le escribe Pablo una carta desde Corinto. En ella pasó Pablo dos períodos prisionero predicando el evangelio, hasta su martirio en el año 67.