sábado, 20 de agosto de 2011

La Vida de Santiago

Etimológicamente significa “usurpador”. Viene de la lengua hebrea.

Fue el hijo del Zebedeo y discípulo de Jesús. Como su hermano Juan, Santiago era también pescador.

Jesús les dio por sobrenombre a los dos hermanos “hijos del trueno”. Cuando Jesús le llamó para ser uno de sus seguidores especiales. Santiago se fue en seguida con el Maestro.

Santiago estuvo presente cuando Jesús devolvió la vida a la hija de Jairo y en la transfiguración en el monte Tabor.

Murió, por defender su fe bajo Herodes Agripa I. Su vida la puedes encontrar en los Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles.

Cuando sintió la llamada para seguir a Jesús, algo extraño y divino se le metió en el corazón. Tanto amor le tomó al Señor que cuando llegó el momento de demostrar su fe, no tuvo la menor duda en entregar su vida por el Evangelio allá por el año 44, poco antes de la Pascua.

La historia cuenta que, desde el siglo IX, su cuerpo se venera en Santiago de Compostela. Durante un tiempo aparecía una “estrella” que iluminaba la noche y el lugar concreto en el que estaban sus restos.

Lo que realmente llama la atención, es que desde la Edad Media llegaban los peregrinos en tropel para expiar sus pecados, hacer oración o bien quedarse en el camino en cualquier ermita haciendo vida de anacoreta.

Y no solamente en la Edad Media, sino que hoy mismo – en este instante- habrá miles de peregrinos de toda Europa y de otros continentes que van en peregrinación a Santiago.

La tradición nos cuenta que, aunque murió en Jerusalén – como hemos visto -, su cuerpo fue trasladado a este lugar gallego para recibir cristiana sepultura.

Se puede afirmar que en todo el mundo cristiano existen miles y miles de iglesias dedicadas en su honor.

Cuando un día se sintió cansado por la falta de conversiones a la vida de Jesús, y, estando en Zaragoza, la Virgen María, que todavía vivía, le animó desde un "pilar" a que siguiera adelante con la obra que su Hijo le había encomendado. Es otra de las tradiciones de nuestra historia española.

miércoles, 20 de julio de 2011

Top10, TERCER CIELO SI NO ESTAS JUNTO A MI,Los mejores videos cristian...

La Vida de el Apostol Pedro

Hermanos y amigos, que el Dios verdadero (Padre, Hijo y Espíritu Santo) les bendiga a todos, Mateo 28:19, en esta oportunidad hablaremos con el tema: “La vida del apóstol Pedro, antes y después de su encuentro con Jesucristo”, esperando les sea de edificación.
Bien, comenzamos diciendo que el término apóstol, significa mensajero. Persona encargada de realizar una misión exclusiva. Pedro (mensajero de Jesucristo) fue llamado por el Señor con el propósito de ser un servidor de Dios, según Mateo 4:18 y 19.
Ahora bien, en el momento que el Señor Jesucristo hace el llamado a Pedro, éste se dedicaba al trabajo de la pesca de mar y no era ni fue nunca sacerdote, ni dirigía ninguna congregación religiosa, según Mar­cos 1:16 al 18.
En este mismo sentido, el apóstol Pedro al igual que los demás apóstoles, nació en Israel como también el Señor Jesucristo, en la región de Galilea, como lo confirman los escritores bíblicos, según Mateo 10:6 y 7; Lucas 5:8 al 11; Mateo 15:23 y 24 y Marcos 1:16.
Hermanos y amigos, en diversas ocasiones el apóstol Pedro, junto a sus compañeros fue enviado a predicar en diferen­tes ciudades de Israel, donde el Señor, por su extensa labor, no pudiendo ir personalmente envió a sus discípulos, según Mateo 10:1 al 7; Marcos 3:14 al 16.
Por otro lado, después del encuentro de Pedro con el Hijo de Dios, comenzaron una serie de experiencias so­brenaturales por medio del Espíritu Santo tratando en la vida de este apóstol, entre ellas: 1.- Entender que Jesús era el Cristo y Salvador del Mundo (Mateo 16:13 al 20); 2.- Caminar sobre las aguas del mar, por medio del poder de Dios, (Mateo 14:28 al 32). El apóstol Pedro por su carácter impulsivo y su vida abituada al pecado cometió errores que más adelante con la ayuda de Dios logró superar, entre ellos, por su orgullo personal y confiando en su propio fuerza, dijo que no negaría al Señor, pero al final falló tres veces, situación que le costó dolo­rosas lágrimas; también producto de la ira hirió en una ocasión una persona, según Mateo 26:69 al 75 y Juan 18:10 al 11.
Mis queridos hermanos y amigos, luego de que el Señor Jesucristo resucitó, apare­ció a sus discípulos y encargó a Pedro pastorear los demás discípulos e instruirlos en la voluntad de Dios expresada en las Sagradas Escrituras. Aclaramos que Jesucristo como Sacerdote sentado a la derecha del Padre intercediendo por los pecados de aquellos que le obedecen no delegó a Pedro el Sacerdocio, sino simplemente trabajar como pas­tor, según Juan 21:15 al 19.
Hermanos y amigos, la labor del apóstol Pedro como servidor de Jesucristo está plazmada en las Sagradas Escri­ras. Luego de recibir el bautismo del Espíritu Santo su vida cambió; siendo ejemplo de conducta para los hermanos en Cristo y realizando el trabajo que se le encomendó de parte de Dios, según las citas iguientes: Hechos 1:15 al 26; Hechos 3:1 al 10;
Hechos 3:11 al 26; Hechos 4:1 al 22; Hechos 5:17 142; Hechos 8:14a124; Hechos 10:1 a148; Hechos 11:1 al 18; Hechos 12:1 al 19; Hechos 15:6 al 14.
Tenemos también acerca del apóstol Pedro, prod­ucto de su interés en el bienestar de la Iglesia de Jesucristo, dos cartas contenidas en el Nuevo Tes­tamento escritas por él e inspiradas por el Espíritu Santo, en las cuales exhorta a los hermanos a vivir una vida santa y apartada del mal, a guardarse de los falsos cristianos que entrarían en la congregación, mantener la esperanza de la vida eterna y esperar el retorno del Hijo de Dios, según la 1ra. y 2da. Carta del apóstol Pedro.
Hermanos y amigos el apóstol Pedro murió en la nación Israel donde se dedicó a 1a predicación del Evangelio de Jesucristo y la enseñanza general de la palabra de Dios, como pastor. La Biblia no reg­istra todos los detalles de la vida personal de Pedro, sabemos que era casado y con suegra, como lo dice en Mateo 8:14.
Ahora bien, la vida del apóstol Pedro está registrada ­en las Sagradas Escrituras para nuestra enseña­nza y edificación y la vida de cada ser humano se está registrando en los Cielos; Pedro después que aceptó a Jesucristo como su Salvador y jefe tuvo sus fallos, pero Dios le ayudó a corregirlos y vemos todo lo que hizo en beneficio de la obra del Señor.
En la actualidad no se conserva una imagen o foto del apóstol Pedro ni de ninguno de los personajes bíblicos, las imágenes que aparecen simplemente son imaginaciones de los pin­tores y escultores, ya que la vida del apóstol Pedro en esos tiempos era estimada en nada por los gobernantes, además de que no había cámara fotográficapara esa época.
¿Se preocupa usted por agradar a Dios?
¿Ha pensado en aceptar a Jesucristo como su salvador y jefe?
¿Cuántas veces ha leído el manual del Señor Jesucristo, hoy conocido como el Nuevo Testamento?
¿Qué le han dicho del apóstol Pedro que con­tradiga lo expresado en la Biblia?
Concluyendo, usted y yo podemos estar junto a Pedro un día y también a los otros apóstoles que como él vivieron de acuerdo a las demandas del Hijo de Dios, pero puede estar también en el lugar de aquellos que no buscaron a Jesucristo como Salvador, tales como Herodes, Judas, Poncio Pilato, Caifás el sumo sacerdote y otros más, depende­rá de cómo nos conduzcamos en esta vida delante de Dios.

miércoles, 6 de julio de 2011

La vida De Mateo

SAN MATEO
 (Siglo I)
 
El encuentro de Jesús con Mateo, el publicano, fue piedra de escándalo para los escribas y fariseos que andaban ya espiando los pasos de Jesús para indisponerle con el pueblo. El territorio de Cafarnaúm era paso obligado para los traficantes de Mesopotamia y de las ricas regiones de Tiro y Sidón con Palestina y con Egipto. Por esa razón eran varios los pequeños publicanos o recaudadores de impuestos y contribuciones que tenían arrendada a los grandes recaudadores del Imperio la exacción de tributos en determinados puestos de la región. Estos publicanos o alcabaleros tenían entre sí cierta organización. San Lucas nos habla de Zaqueo, jefe de publicanos (19, 2). Como pasa en todas partes, eran mal vistos del pueblo; pero de modo especial de los puritanos escribas y fariseos, porque consideraban humillante para el pueblo de Israel pagar tributos al Imperio romano y también porque los publicanos se veían obligados a tratar con paganos y gente extraña a Israel, incurriendo con ello en impureza legal. De ahí que era corriente juntar en expresión estereotipada a publicanos con meretrices, pecadores y gentiles (Mt. 18, 17; 21, 31-2; Lc. 18, 10; Mc. 2, 15, etc.).
 Dado este descrédito popular, los evangelistas Marcos y Lucas, al narrar el llamamiento de Jesús a Mateo, le dan su segundo nombre de Leví al publicano, sin identificarle expresamente con Mateo, con cuyo nombre figurará siempre en la lista de los doce apóstoles (Mt. 10, 3; Mc. 3, 18; Lc. 6, 15). Sólo el humilde San Mateo, para resaltar más la bondad y misericordia de Jesús, se identifica a sí mismo con Leví y se da el nombre de Mateo el publicano.
 Jesús rompe con aquellos prejuicios farisaicos y al pasar junto al puesto de recaudación de Leví-Mateo le invita a seguirle. Mateo, que sin duda había visto y oído predicar en varias ocasiones a Jesús, se decide a abandonar su puesto y a seguirle definitivamente, y gozoso, como hará en otra ocasión Zaqueo, le invita, junto con varios compañeros de recaudación, a comer a su casa. Desde entonces la casa de Mateo será la escogida por Jesús para descansar en Cafarnaúm de sus excursiones apostólicas en Galilea.
 Pocos meses después, de entre sus varios discípulos Jesús escoge los doce apóstoles, a quienes dedica sus mejores cuidados en prepararlos para encomendarles su Iglesia y la conversión del mundo. San Mateo, uno de los doce, permanecerá siempre al lado de Jesús durante los dos años aproximadamente que le restan de ministerio.
 Después de la resurrección y ascensión de Jesús, San Mateo permanece algún tiempo con los otros apóstoles en Palestina. Bajo la dirección de Pedro, Mateo con los demás apóstoles catequiza a los nuevos cristianos que por centenares y millares, recordando los milagros y las enseñanzas de Jesús, se presentan a pedir el bautismo y recibir orientación de nueva vida. Se agrupan entre sí formando el primer núcleo de la Iglesia alrededor de los apóstoles.
 La fortaleza y decisión de éstos después de la venida del Espíritu Santo se comunica a los nuevos discípulos, que si un día, bajo la influencia de los pontífices y de los fariseos, habían abandonado al Divino Maestro, ahora se le adhieren fielmente desafiando las iras de quienes le habían dado muerte, los cuales van quedando aislados y sin el apoyo del pueblo.
 La predicación de los apóstoles toma forma de catequesis como explicación de la doctrina y de los hechos de Jesucristo y el relato de su muerte y resurrección. No pocos son los que ponen por escrito aquella predicación (cf. Lc. 1, 1-2). Entre ellos San Mateo, testigo inmediato del ministerio de Jesucristo. Acostumbrado a redactar esquemáticamente los datos de su antigua aduana, expone en estilo breve los hechos que él mismo había presenciado y con mayor detenimiento recoge las parábolas y discursos del Señor, especialmente los de Galilea. Su libro es el primer evangelio, escrito en hebreo, o mejor dicho en arameo, la lengua popular que usó Jesucristo, traducido muy pronto al griego y probablemente ampliado, que es el que hoy poseemos, reconocido por la Iglesia como inspirado por el Espíritu Santo.
 Este evangelio, como los de San Marcos y San Lucas, con mayor o menor dependencia entre sí, contiene en realidad el resumen de la catequesis primitiva de San Pedro y demás apóstoles en Palestina. Su valor histórico y apologético es indestructible y definitivo.
 Las circunstancias en que San Mateo escribió su libro y el destino inmediato que le dio dejaron impresas en él algunas características que le distinguen de los demás evangelios. Mateo escribe en Palestina para los primeros cristianos convertidos del judaísmo, en contacto inmediato con los demás judíos que alimentaban su espíritu con la lectura de los libros de la antigua ley, con su historia y sus profecías, y tenían puesta su esperanza en el Mesías prometido a Abraham, a Moisés, a David, renovada la promesa a través de los siglos.
 Mas desde años atrás, los dirigentes del pueblo de Israel, saduceos, pontífices, fariseos, humillados por haber perdido la independencia de Israel y verse subyugados por el Imperio romano, olvidándose de la misión espiritual del futuro Mesías, se fingen un Mesías temporal, poderosísimo, que les libere del yugo romano y que establezca en Jerusalén el imperio universal dirigido por los israelitas: una nueva era perpetua de prosperidad y de riqueza y bienandanza terrenal. Sin excluir al Dios verdadero, que será reconocido y adorado por todas las naciones; pero será el Dios de Israel para honra y gloria de los israelitas.
 En estas circunstancias expone San Mateo la predicación de Jesús en Galilea y explica por qué rehuye proclamarse públicamente el Mesías enviado por Dios, y cómo a través de su predicación, de sus parábolas, va cambiando paulatinamente el falso concepto popular del Mesías, sustituyéndole por el verdadero, que aún conservaban personas escogidas, como Zacarías e Isabel, el anciano Simeón, Ana la profetisa y otras varias.
 Después de la ascensión de Jesús quedaba aún flotando en el ambiente palestinense la pregunta: ¿pero, al fin, era Jesús el verdadero Mesías prometido?
 Además de la dificultad de comprender la misión espiritual del Mesías, bastardeada por los escribas y fariseos, se les hacía también difícil juntar en una sola persona los rasgos que en diversas ocasiones y épocas atribuían los profetas al que había de ser enviado por el Señor. Unas veces se anunciaba que había de ser el mismo Dios creador y protector de Israel quien había de realizar la obra que otras veces se atribuye al prometido hijo de David. Por otra parte, Isaías lo presenta como redentor que con su pasión y muerte satisface por los pecados de la humanidad y establece un nuevo reino de Dios que rebasa las fronteras de Israel. Jesús en su predicación da por supuesto que en Él se realizan estas profecías y unas veces alude a un aspecto y otras a otro. En el último período de su ministerio ya habla abiertamente a los apóstoles y sólo a ellos de su pasión y muerte, añadiendo siempre que al tercer día había de resucitar. Los apóstoles, a pesar de su buena voluntad, quedan como desconcertados. Tienen fe en Jesús, confirmada con multitud de milagros y con la bondad y santidad del Maestro. Cuando les pregunta si también ellos quieren abandonarle, como los de Cafarnaúm, San Pedro rápidamente responde: "¿Y a quién iremos?: Tú tienes palabras de vida eterna". Sólo cuando captan la doctrina de la Encarnación del Hijo de Dios se hacen con la llave de estos misterios y aciertan a coordinar en la persona de Jesús los diversos aspectos de las profecías.
 Todo ello explica por qué San Mateo, a diferencia de los otros evangelistas, escribiendo en Palestina para los israelitas cristianos, pone especial empeño en hacer resaltar el carácter mesiánico de Jesús, anotando en multitud de pasajes de su vida, desde la genealogía y nacimiento virginal hasta su pasión y muerte, los lugares de los profetas en que ya lo anunciaban. Jesús es el verdadero Mesías prometido a los patriarcas y profetas. Los judíos no tienen ya por qué esperar otro Mesías salvador.
 Ante la ausencia de datos históricos en que pudiéramos basar la semblanza del apóstol y evangelista Mateo, parece que debiéramos recurrir a su libro para captar los rasgos de su personalidad: mas ni él ni los otros evangelistas hablan nunca de sí mismos ni transparentan sus sentimientos. Si alguna vez hacen una levísima alusión a su persona lo hacen de modo velado y anónimo. Su única preocupación ,consiste en transmitirnos fielmente los hechos y la doctrina de Jesús. Esta "divina impasibilidad" nos impide hacer de San Mateo un análisis psicológico basado en su libro. Mas, si no sobre su persona, sí podemos entrever en qué aspecto de la predicación de Jesús se fijó San Mateo con preferencia a los otros evangelistas. El de San Mateo es el evangelio del reino de Dios, el evangelio de la Iglesia, que Jesucristo fundaba. En multitud de parábolas que recoge de labios de Jesús manifiesta las diversas facetas de este reino. No menos de cincuenta veces menciona el reino de Dios o reino de los cielos, expresión más acomodada al uso de los judíos.
 Este reino de Dios se inicia ya en este mundo; lo inaugura Jesús al infundir a sus discípulos un nuevo espíritu. Es el nuevo pueblo con nuevo espíritu que sustituye al pueblo de Israel. Es la buena nueva, el evangelio del reino, que será anunciado a todas las naciones, invitándolas a entrar en él. Israel como pueblo escogido ha terminado su misión. Los israelitas, antes que nadie, son invitados individualmente a formar parte del nuevo reino, que será universal.
 A este nuevo reino de Dios, de que hablan también los otros evangelistas, sólo San Mateo le da el nombre de Iglesia, constituida como cuerpo social, con sus autoridades (Mt. 18, 17), fundada sobre la roca que es Pedro, contra la cual nada podrán los poderes del infierno (Mt. 16, 18).
 Esta doctrina de Jesús recogida por San Mateo será explanada por San Pablo en sus epístolas. Pero no ha sido San Pablo el que inventó la eclesiología, como pretenden los protestantes liberales. Por San Mateo nos consta que fue Jesucristo quien fundó la Iglesia y enseñó explícitamente cuáles eran sus elementos constitutivos esenciales. En los Hechos de los Apóstoles nos describe San Lucas la puesta en marcha y primer desarrollo de este nuevo pueblo de Dios que es la Iglesia.
 De la vida apostólica de San Mateo tenemos muy pocos datos ciertos. De entre la variedad de tradiciones y leyendas, la Iglesia escoge en el breviario las que cuentan con mayor apoyo tradicional, preferidas también por los Bolandistas.
 Después de unos años de apostolado y catequesis en Palestina, San Mateo se trasladó a Etiopía de Egipto, donde confirmaba su predicación con multitud de milagros, entre los cuales sobresalió la resurrección de una hija de Egipo, rey de Etiopía. Movido el rey y su familia por este portento, abrazaron la religión cristiana, que se extendió rápidamente por todo el reino.
 Después de la muerte del rey, su sucesor Hirtaco pretendió casarse con Epigenia, hija de su predecesor en el reino. Mas, habiendo ésta consagrado a Dios su virginidad por consejo de San Mateo, airado Hirtaco al no conseguir que el apóstol la persuadiera a acceder a sus deseos, ordenó dar muerte a San Mateo mientras celebraba el santo sacrificio, uniendo así el apóstol el sacrificio de su vida al de Cristo crucificado.
 Las reliquias del santo apóstol fueron trasladadas a Salerno, donde se veneran con gran devoción.
 FRANCISCO BARBADO VIEJO, O. P.

San Mateo
Apóstol y Evangelista
 
Mateo significa: "regalo de Dios".
Se llamaba también Leví, y era hijo de Alfeo.
Su oficio era el de recaudador de impuestos, un cargo muy odiado por los judíos, porque esos impuestos se recolectaban para una nación extranjera. Los publicanos o recaudadores de impuestos se enriquecían fácilmente. Y quizás a Mateo le atraía la idea de hacerse rico prontamente, pero una vez que se encontró con Jesucristo ya dejó para siempre su ambición de dinero y se dedicó por completo a buscar la salvación de las almas y el Reino de Dios.
Como ejercía su oficio en Cafarnaum, y en esa ciudad pasaba Jesús muchos días y obraba milagros maravillosos, ya seguramente Mateo lo había escuchado varias veces y le había impresionado el modo de ser y de hablar de este Maestro formidable. Y un día, estando él en su oficina de cobranzas, quizás pensando acerca de lo que debería hacer en el futuro, vio aparecer frente a él nada menos que al Divino Maestro el cual le hizo una propuesta totalmente inesperada: "Ven y sígueme".
Mateo aceptó sin más la invitación de Jesús y renunciando a su empleo tan productivo, se fue con El, no ya a ganar dinero, sino almas. No ya a conseguir altos empleos en la tierra, sino un puesto de primera clase en el cielo. San Jerónimo dice que la llamada de Jesús a Mateo es una lección para que todos los pecadores del mundo sepan que, sea cual fuere la vida que han llevado hasta el momento, en cualquier día y en cualquier hora pueden dedicarse a servir a Cristo, y El los acepta con gusto.
Mateo dispuso despedirse de su vida de empleado público dando un gran almuerzo a todos sus amigos, y el invitado de honor era nada menos que Jesús. Y con Él, sus apóstoles. Y como allí se reunió la flor y nata de los pecadores y publicanos, los fariseos se escandalizaron horriblemente y llamaron a varios de los apóstoles para protestarles por semejante actuación de su jefe. "¿Cómo es que su maestro se atreve a comer con publicanos y pecadores?"
Jesús respondió a estas protestas de los fariseos con una noticia que a todos nos debe llenar de alegría: "No necesitan médico los que están sanos, sino los que están enfermos. Yo no he venido a buscar santos sino pecadores. Y a salvar lo que estaba perdido". Probablemente mientras decía estas bellas palabras estaba pensando en varios de nosotros.

Desde entonces Mateo va siempre al lado de Jesús. Presencia sus milagros, oye sus sabios sermones y le colabora predicando y catequizando por los pueblos y organizando las multitudes cuando siguen ansiosas de oír al gran profeta de Nazaret. Jesús lo nombra como uno de sus 12 preferidos, a los cuales llamó apóstoles (o enviados, o embajadores) y en Pentecostés recibe el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego. Los judíos le dieron 39 azotes por predicar que Jesús sí había resucitado (y lo mismo hicieron con los otros apóstoles) y cuando estalló la terrible persecución contra los cristianos en Jerusalén, Mateo se fue al extranjero a evangelizar, y dicen que predicó en Etiopía y que allá murió martirizado.

En todo el mundo es conocido este santo, y lo será por siempre, a causa del maravilloso librito que él escribió: "El evangelio según San Mateo". Este corto escrito de sólo 28 capítulos y 50 páginas, ha sido la delicia de predicadores y catequistas durante 20 siglos en todos los continentes. San Mateo en su evangelio (palabra que significa: "Buenas Noticias") copia sermones muy famosos de Jesús, como por ej. El Sermón de la Montaña (el sermón más bello pronunciado en esta tierra), el sermón de las Parábolas, y el que les dijo a sus apóstoles cuando los iba mandar a su primera predicación. Narra milagros muy interesantes, y describe de manera impresionante la Pasión y Muerte de Jesús. Termina contando su resurrección gloriosa.
El fin del evangelio de San Mateo es probar que Jesucristo sí es el Mesías o Salvador anunciado por los profetas y por el Antiguo Testamento. Este evangelio fue escrito especialmente para los judíos que se convertían al cristianismo, y por eso fue redactado en el idioma de ellos, el arameo.
Quizás no haya en el mundo otro libro que haya convertido más pecadores y que haya entusiasmado a más personas por Jesucristo y su doctrina, que el evangelio según San Mateo. No dejemos de leerlo y meditarlo.
A cada uno de los 4 evangelistas se les representa por medio de uno de los 4 seres vivientes que, según el profeta, acompañan al Hijo del hombre (un león: el valor. El toro: la fuerza. El águila: los altos vuelos. Y el hombre: la inteligencia). A San Marcos se le representa con un león. A San Lucas con un toro (porque empieza su evangelio narrando el sacrifico de una res que estaban ofreciendo en el templo). A San Juan por medio del águila, porque este evangelio es el que más alto se ha elevado en sus pensamientos y escritos. Y a San Mateo lo pintan teniendo al lado a un ángel en forma de hombre, porque su evangelio comienza haciendo la lista de los antepasados de Jesús como hombre, y narrando la aparición de un ángel a San José.
Que San Mateo, gran evangelizador, le pida a Jesús que nos conceda un gran entusiasmo por leer, meditar y practicar siempre su santo evangelio.
Decía Jesús "Convertíos y creed en el evangelio" (Mc. 1, 15).

martes, 5 de julio de 2011

La Vida De Pablo

~ Pablo, Apóstol ~

Origen y juventud.
Saulo nació en Tarso de Cilicia, centro de cultura y saber griegos (Hch. 21:39), de una familia judía de la tribu de Benjamín (Ro. 11:1; Fil 3:5) Cuando el martirio de Esteban (33/34 o 35/36), era aún «joven» (es decir, de unos 30 años; en el 62/63 se llama ya viejo; (Filemón 9); hubo de nacer en los primeros años de la Era Cristiana. Su familia pertenecía a los «hebreos» (Fil. 3:5), es decir, a los judíos de lengua aramea, y a los fariseos (Hechos 23:6; Fil. 3:5), y era irreprochable en cuanto a la «justicia» (Fil. 3:6). Su padre era ciudadano de Tarso (Hch. 22:28), lo que supone que hubo de ser de buena posición (cfr. Fil. 3:8). Saulo fue circuncidado al octavo día de su nacimiento (Lv. 12:3 Fil 3:5) y recibió el nombre de Saúl (es decir <el deseado>; griego, Saulos, de donde Saulo) y el romano y el romano de Pablo (Hch. 13:9). El niño fue instruido en la lengua aramean (Hch. 13:9) y educado en la fiel observancia de la ley y de las tradiciones de los mayores.
Según la costumbre judía, desde los cinco años debió de aprender a leer en la Biblia hebrea. Desde su juventud, Pablo aprendió igualmente la lengua griega, que era la corriente en Tarso. Por razón de su educación farisea, se duda si frecuentó también alguna de las muchas escuelas griegas, en aquel importante centro de cultura helenística. Pablo cita incluso algunos escrítores griegos (Arato, Phaen. V, 429 [Hch 17:28]; Menandro, Thais [1 Co. 15:33]; Epiménides, Or. [Tit. 1:12)).
A los quince años, Pablo fue enviado Jerusalén para formarse a fondo en el conocimiento de la Escritura y de las tradiciones y métodos rabínicos; según algunos los padres de Pablo se habrían nuevamente establecido en Jerusalén cuando era aún muy niño. Allí fue discípulo de Gamaliel (Hch. 22:3), hombre piadoso, pacífico (cfr. 5:34-39) y abierto, que no se sentía hostil a la cultura griega. Bajo su dirección, Pablo aprendió a fondo el Antiguo Testamento, los métodos exegéticos de los rabinos y se convirtió en adicto entusiasta de los fariseos. «celador extremado de las tradiciones de los padres» (Gá. 1:14; Hch. 22:3).
A su educación rabínica debe Pablo, no sólo muchas ideas religiosas y un conocímiento a fondo del Antiguo Testamento, sino también su dialéctica. y su método exegético. Como los rabinos interpretaban los hechos y objetos mencionados en el AntiguoTestamento como símbolos de la ley, así Pablo explica los sucesos de la historia de la salud como símbolos de la economía cristiana de salvación, por ejemplo, Sara como tipo del Nuevo Testamento y Agar del Antiguo Testamento (Gá. 4:21-31; cfr. 1 Co. 10 6. Pablo veía en el conjunto del Antiguo Testamento la prepación y figura de la revelación y de la salud traída por Cristo, e interpretaba la Escritura según la intuición de su fe cristiana. Así entendido, el Antiguo Testamento revela verdades que no pueden ser descubiertas ni por exégesis filosófica ni por la historia. Para ello seguía Pablo el método exegético de los rabinos, según el cual se toman como oráculos ciertos textos, entendidos fuera de su contexto y desligados del mismo. Además,Pablo toma ciertos temas a los midras judios, por ejemplo la promulgación de la ley por un ángel sobre el monte Sinaí (Gá. 3:19),la roca que camina (1 Co. 10:4), los nombres de los magos egipcios (2 Ti. 3:8). Pablo es un rabino cristiano que posee el espíritu de Cristo y se ha liberado de la mentalidad de su escuela y de la casuística de sus maestros judíos.
Según la costumbre judía, Pablo aprendió también un oficio; Pablo era de profesión fabricante de tiendas (Hch. 18:3), lo que significa o que fabricaba tiendas con lona comprada para ellas, o, lo que es más probable, que tejía él mismo la lona; Cilicia era conocida por los Cilicia, tela tejidas de pelo de cabra, de las que se fabricaban tiendas y mantas de viaje. Durante su actividad apostólica Pablo ejercía su oficio para ganarse el sustento (Hch. 18:3; 1 Co. 4:12; 1 Ts. 2:9) y vivir independientemente (1 Co.9:15).
La personalidad de Pablo
Pablo es la personalidad más influyente en la historia del cristianismo. Desde su conversión en el camino de Damasco su vida estuvo siempre dominada por una ardiente devoción a Cristo, quien se convirtió en el motivo, el objeto y el motor de su predicación, que ha marcado la dirección del cristianismo desde entonces.
El exterior del apóstol no era impresionante ni atrayente; sus adversarios le echaban en cara que «su presencia era poca cosa y su palabra despreciable» (2 Co. 10:10); él mismo alude también a su exigua estatura corporal (2 Co. 10:12-14). Su salud era débil; Pablo sufría una enfermedad que él mismo califica de aguijón de su carne y bofetón de Satán (2 Co. 12:7-9); es un sufrimiento doloroso, humillante y crónico, como lo confirma Gá. 4:13-15. Pablo poseía temperamento de jefe, voluntad de hierro, constancia inquebrantable, sentido para la iniciativa, extraordinaria capacidad de trabajo y resistencia, y un carácter conquistador; su carácter era, además, apasionado, impetuoso y dominador, que se entregaba de modo total al amor o al odio. Mas, junto a su férrea voluntad, Pablo tenía también un alma de fina sensibilidad y condescendencia, y un corazón lleno de ternura (cfr. 1 Ts. 2:7s.; 2 Co. 12:15; Gá. 4:19.; Fil.1:8, etc.), que se pegaba a los hombres y despertaba fuerte simpatía, que sentía profundamente la necesidad y el dolor de los demás. Como pensador, Pablo fue esencialmente un espíritu intuitivo, que concebía la religión más por visión inmediata que por razonamiento discursivo. Sin embargo, fue juntamente un poderoso dialéctico, y su capacidad natural se perfeccionó aún más por su formación rabínica. La naturaleza y el arte le decían muy poco; era más bien un psicólogo introspectivo. Sus comparaciones e imágenes están tomadas generalmente de la vida ciudadana, de los soldados o del derecho.
Pablo fue un escritor de ingenio, que disponía de un vocabulario extenso y de un conocimiento sólido de la lengua griega. Su lengua es el griego corriente entre la clase culta de su tiempo, salpicado con numerosas expresiones tomadas de la versión griega de los LXX, que era la más común entre los judíos de la diáspora. Su estilo es cuidado, sus frases se hallan muchas veces sobrecargadas de incisos y hay ocasiones cuando se presiente más el estilo oral que el cultivo de la escritura.
No raras veces, por el movimiento y calor de sus ideas y sentimientos, alcanza espontáneamente la cumbre de la elocuencia (por ejemplo, 1 Co. 3:21-23; 13; Ro. 8:31-39). Le gusta valerse de la diatriba griega; quiere llegar lo antes posible a establecer contacto con sus lectores, como un orador con sus oyentes; los interpela, les dirige preguntas (por ejemplo, Ro. 3:1; Gá. 3:19), hace intervenir un supuesto adversario (Ro. 9:19; 11:19), pone objeciones (Ro. 2:1, 3; 9:20; 14:4, 20, 22). Ama las antítesis (Dios/mundo, justicia/pecado, espíritu/carne, espíritu/letra, fe/ley, hombre viejo/hombre nuevo, primer hombre/último hombre, obras/fe), las personificaciones (del pecado: Ro. 7:13s., 17; de la justicia: Ro. 10:6; de la Escritura:Gá. 3:8, etc.).
Era un hombre que creaba interés en torno a sí, que atraía a los demás y emanaba amistad. La lista de veintisiete nombres en Ro:16 nos descubre una pequeña parte del círculo de sus amigos íntimos. Escribe una carta a un amigo rico para salvar la vida y recomendar a un esclavo al cual ha hecho su hermano en Cristo en la prisión. Es agradecido con los pequeños favores, y se interesa por la iglesia en Jerusalén cuando los malos tiempos ponían a los pobres en dificultad.
Según S. Juan Crisóstomo Pablo ocupa el primer puesto en el cristianismo como teólogo, y no sólo en los primeros siglos , sino en las iglesias de todos los tiempos
Pablo murió decapitado en el año 67 DC
CIUDADES RELACIONADAS CON LA VIDA DE PABLO
1. Tarso de Cilicia: Ciudad natal de Pablo.
2. Jerusalén: Ciudad donde estudia la ley de Moisés con el gran rabino Gamaliel, asiste al Concilio de los Apóstoles y, antes, al martirio de Esteban; y allí es, a su vez, apresado por los romanos.
3. Damasco: En sus cercanías se convierte a Cristo y de ella escapa por una ventana en la muralia acosado por sus perseguidores.
4. Antioquía: Iglesia fundada por Bernabé. Lugar de partida de tres primeros viajes misioneros; allí reciben los discípulos por primera vez el nombre de cristianos.
5. Galacia: En la región situada en el centro del Asia Menor, a los crisisanos Pablo escribe desde Éfesc una carta para defender a los hermanos de los "judaizantes" o falsos hermanos, que querían imponer a los convertidos de la gentilidad las observancias de la ley de Moisés.
6. Filipos: Centro importante de la región de Macedonia. Durante su segundo viaje misionero Pablo funda en esta colonia romana una iglesia con la cual estará siempre ligado por los lazos más firmes de amor cristiano.
7. Tesalónica: En esta ciudad -capital de la provincia romana de Macedonia- funda una iglesia a la que escribe dos cartas desde Corinto. La primera es el escrito más antiguo del Nuevo Testamento, y estando en Tesalónica recibió ayuda de la comunidad de Filipos.
8. Atenas: Ciudad griega donde Pablo predicó a un grupo de hombres de cultura durante su segundo viaje misionero.
9. Corinto: La iglesia de allí fue fundada por. Pablo en su segundo viaje. Allí predica y trabaja en ella. A esta comunidad dirigirá dos cartas, la primera desde Éfeso y la segunda desde Filipos.
10. Colosas: Pequeña ciudad en la región de Frigia, al este de Éfeso. Esta iglesia fue fundada por un discípulo de Pablo, Epafras, y a ella dirige una carta sobre los peligros que los amenazan.
11. Éfeso: Iglesia fundada por. Pablo en el tercer viaje.
12. Cesarea: Ciudad en la costa de Palestina donde vivió preso durantc dos años, siendo procuradores F6lix y Porcio Festo. De aquí partió Pablo para Roma en el viaje dc la cautividad.
13. Roma: Capital del Imperio Romano. A la comunidad cristiana de allí le escribe Pablo una carta desde Corinto. En ella pasó Pablo dos períodos prisionero predicando el evangelio, hasta su martirio en el año 67.

martes, 28 de junio de 2011

La Armadura de Dios

Efesios 6: 10,20
10 Por lo demás, hermano míos, fortaleceos
en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que
Podáis estar firmes contra las asechanzas del
diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra
Los gobernadores de las tinieblas de este siglo,
contra huestes espirituales de maldad en las
Regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios,
Para que podáis resistir en el día malo, y
habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad., pues, firmes, ceñidos vuestros lomos
Con la verdad, y vestidos con la coraza de
Justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio
De la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que
Podáis apagar todos los dardos de fuego del
Maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada
Del espíritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y
Súplica en el espíritu, y velando en ello con toda
Perseverancia y súplica por todos los santos.
19 y por mi, a fin de que al abrir mi boca me sea
dada palabra para dar a conocer con denuedo el
Misterio del evangelio,
20 por lo cual soy embajador en cadenas; que
Con denuedo hable de él, como debo hablar.

Predica - Por Sus LLagas Hemos Sido Curados

Hermano en Cristo, a veces muchos piensan que la sanidad no es una realidad o que fue solo para los primeros cristianos. Pero déjame decirte hermano en Cristo que la sanidad es una realidad para nosotros como nuevas criaturas.
En Isaías 53: 4,5 Él dice por su llagas fuimos nosotros curados. La palabra fuimos está en tiempo pasado, no dice qué vamos a hacer, dice que FUIMOS.
La sanidad nos pertenece, esta es una realidad para el creyente. Es la voluntad de Dios estar en sanidad todo el tiempo, Él lo ha hecho todo bueno, Pedro también habló de esto.

En 1 de Pedro 2:24 dice que la voluntad de Dios es que vivas en sanidad todo el tiempo. La enfermedad es ilegal en nuestros cuerpos.
¿Por qué?
Porque la enfermedad no viene de Dios, la enfermedad viene del diablo, esta una opresión satánica, esto lo dice en el libro de Hechos 10:38, en este versículo podemos observar que la enfermedad es una opresión.

En primer lugar Jesús es el sanador y el diablo es el opresor. Esto quiere decir que Dios no enferma a nadie. Dios es sanidad, Jesús dijo en el libro de Juan 10:10, que el diablo vino para hurtar, matar y destruir, porque es la naturaleza del diablo matar a la gente, él es homicida desde el principio. Pero, ¿qué más dice? Que Jesús vino a dar vida y vida en abundancia.
Asi que hermano, la enfermedad es ilegal en tu cuerpo, no te pertenece, ni es tuya. A ti te pertenece la sanidad, es la voluntad de Dios que seas sano, recuerda tu padre celestial te ama con un amor incondicional, Él quiere que vivas en sanidad divina siempre. Echa fuera todo síntoma mentiroso. A ti no te pertenece la enfermedad, habla con tu boca, confiesa que por las llagas de Jesús fuiste sanado.
Ya fuiste sanado, y cree en eso, tu padre Dios te ama y Él nunca te va a enseñar nada con una enfermedad, Él no usa lo malo para enseñarte algo, Él te redimió de la maldición de la ley.

En Gálatas 3:13 dice que Cristo nos redimió de la maldición de la ley, unas de las maldiciones de la ley era la enfermedad, ahora te pertenece la sanidad.
Versículos de sanidad:
En Salmos 103:2,4 dice cree en tu sanidad en cierta ocasión vino a Jesús un leproso, y le dijo Señor, si quieres, puedes limpiarme, Jesús extendió la mano y le tocó, diciendo: quiero; sé limpio, al instante su lepra desapareció, mira, Jesús quiere sanarte. Él siempre quiere, él te dice que sí quiere en cualquier área de tu vida.
¡Ánimo!, te aseguro que Dios quiere lo mejor para ti. ¡No olvides que Él te ama y no importa si le has fallado. La sanidad no se logra por méritos, la sanidad se logró gracias al sacrificio que hizo Cristo Jesús. Él lo hizo por ti, ¿sabes por qué? porque Él te ama con amor incondicional.
Dios te siga bendiciendo y no te preocupes el tiene cuidado de ti, siempre.

Los Papiros

 LOS PAPIROS

 En el siglo primero se escribía sobre papiros. El papiro se obtenía de la planta del mismo nombre. En el interior del tallo de la planta existen unos largos filamentos a partir de los cuales se elaboraban los papiros utilizados para la escritura.

En la antigüedad los rollos de papiro constituían el vehículo más importante para la transmisión y conservación del conocimiento humano. En palabras del papirólogo Thiede, " desde el manuscrito en papiro egipcio más antiguo que se conoce (año 2.700 a-J.C.) y el más antiguo papiro hebreo, encontrado en una cueva de Wadi Murabba'at, cerca del mar Muerto, y fechado alrededor del 750 a.J.C., hasta los tiempos del Nuevo Testamento y más acá, esta frágil planta de caña proporcionó el material para toda clase de documentos".

La producción de rollos y hojas de papiro era el privilegio de los talleres egipcios, la mayoría de los cuales estaban situados cerca de las marismas del delta del Nilo. Desde allí se exportaba el producto acabado por toda la cuenca del Mediterráneo y también al norte, al este y al oeste.

El papiro no sólo se empleaba para la escritura. Tenían también otras utilidades. Así, con la planta del papiro se construían barcas, y con su corteza se entretejían las velas de navío, esteras, vestidos, cuerdas, etc. El papiro también se empleaba como pabilo (esto es, como mecha) de cirios y candelas, así como mecha de lámparas de aceite.

Sólo siglos después (en el siglo IV) comenzará a utilizarse habitualmente el pergamino, formado por piel de animales (ovejas, cabras, vacas, etc), las cuales, convenientemente tratadas, se reducían a hojas finas y lisas. La palabra "pergamino" procede de la antigua ciudad de Pérgamo (que se hallaba situada en el noroeste de Asia Menor, actual Turquía, a 30 km de la costa del mar Egeo y frente a la isla de Lesbos), que fue donde desde el siglo II antes de Cristo comenzó a emplearse esta forma de escritura. El pergamino era mucho más caro, pero más duradero. Aunque sólo se impuso a partir del siglo IV después de Cristo, se utilizaba ya antes. De hecho, en una de sus cartas, Pablo hace referencia a unos libros de su propiedad escritos en pergamino (2Tm 4,13).

La papirología es la especialidad que se ocupa del estudio de todos los textos antiguos, independientemente de su origen local. La tarea de los papirólogos consiste en descubrir, conservar, identificar y publicar los manuscritos antiguos. En su tarea resulta importante la colaboración de la arqueología y de la filología. La papirología, a pesar de su nombre, no sólo se ocupa del estudio de los textos antiguos escritos sobre papiros, pues también se ocupa del estudio de los textos antiguos escritos sobre pergaminos, vitela, cuero, lino, astillas de madera, tabletas de cera y otros materiales.

La nación que ha conservado mayor número de papiros es Egipto. Ello se debe a que el papiro sólo resiste largo tiempo en climas muy calientes y secos.


Papiro en formato rollo

En un primer momento los papiros se utilizaban en el llamado formato “rollo”. Sólo se escribía por una cara y para leer había que desenrollarlo hasta el lugar deseado. Los judíos tenían la Torah escrita en rollos.

Un rollo de fax se parece mucho a un rollo antiguo, y si el aparato no corta las páginas, quien lo emplea acaba teniendo en sus manos metros de comunicaciones en rollo, si bien con el texto en la parte exterior, en lugar de la interior, como ocurría en los rollos antiguos.


Formato códice

Ya a en la segunda mitad del siglo I los cristianos comienzan a utilizar el formato códice, que es como los libros actuales. Se escribe por las dos caras, encuadernando los papiros como los actuales libros. Sobre los motivos por los que los cristianos utilizaron el códice en lugar del rollo, puede verse una explicación pinchando en esta otra página de este sitio:

La preferencia cristiana por el uso del códice frente al rollo.

Como veremos a continuación, los primeros manuscritos del Nuevo Testamento están escritos en papiros. Algo más tarde (siglo IV), comenzó ha utilizarse el pergamino y, finalmente, el papel.

El cuadro resumen de los primeros manuscritos del Nuevo Testamento es el siguiente:

Manuscritos en lengua griega:

En las páginas siguientes nos ocuparemos de los papiros neotestamentarios y de los más importantes manuscritos unciales, a los que denominaremos códices.

Además de los manuscritos (papiros y códices) en griego a los que nos hemos referido, desde muy temprano (finales del siglo II a más tardar) el Nuevo Testamento se tradujo al latín, al siríaco y al copto. Así, existen también unas muy tempranas versiones del Nuevo Testamento en siríaco (entre las que destacan el Diatesarón de Taciano, la Vetus Siria, entre otras) en copto y en latín. La primera versión en latín fue la llamada Vetus latina y la Vulgata (año 405).

La Biblia

 LA BIBLIA

La Biblia fue escrita, por 44 autores en el transcurso de 1600 años.
Tiene 66 libros, 39 en antiguo testamento y 27 en el nuevo testamento.
La Biblia fue inspirada por Dios.
_ tiene profecías cumplidas:
La notable evidencia de una profecía cumplida es sólo un caso. Cientos de profecías bíblicas han sido cumplidas, específica y meticulosamente, con frecuencia mucho tiempo después que el escritor de la profecía ha dejado de existir.
Por ejemplo, Daniel profeta, alrededor del 538 a. C., predijo (Dan 9,24-27) que Cristo vendría como el salvador prometido y Príncipe, 483 años después que el emperador persa diera a los judíos la autorización para reconstruir Jerusalén, que estaba en ruinas. Esto fue clara y definitivamente cumplido, cientos de años más tarde.
Hay diversas profecías referidas a naciones y ciudades específicas y otras referidas a los eventos de la historia en general, y todas literalmente cumplidas. Más de 300 profecías fueron cumplidas por Cristo mismo en su primera venida. Otras profecías tratan de la propagación del Cristianismo, como también de falsas religiones y de muchos otros argumentos.
No existe ningún otro libro, antiguo o moderno, como este. Las profecías peregrinas, y generalmente erróneas, de personas como Jeanne Dixo, Nostradamus, Edgar Cayce, y otros como ellos, de ningún modo se pueden considerar de la misma categoría; lo mismo se puede decir sobre libros de otras religiones, tales como el Corán, los Anales de Confucio, y escritos de religiones sílimes. Únicamente la Biblia manifiesta esta clara evidencia profética, y lo hace de tal manera que cualquier otra explicación resulta absurda, si no es por revelación divina.


_Exactitud histórica:
La exactitud histórica de las Escrituras es única en su clase, muy superior a los escritos de Egipto, Asiria, y otras naciones más recientes. Confirmaciones arqueológicas de los datos bíblicos han sido casi innumerables en los últimos cien años. Dr. Nelson Glueck, probablemente la mayor autoridad moderna sobre Arqueología israelita, ha dicho:
“Ningún descubrimiento arqueológico se ha contrapuesto jamás a una referencia bíblica. Se han realizado listas de resultados arqueológicos y afirmaciones históricas que se confirman claramente y con lujo de detalle en la Biblia. Y de igual modo, una justa evaluación de las descripciones bíblicas han conducido frecuentemente a asombrosos descubrimientos.”

_Exactitud científica:
Otras asombrosas evidencias de inspiración divina se encuentran en el hecho que muchos de los principios de la ciencia moderna fueron registrados como acontecimientos de la naturaleza en la Biblia, mucho antes que los científicos los confirmaran experimentalmente. Un ejemplo de éstos incluiría:
  • La redondez de la tierra (Isaías 40,22)
  • La casi infinita extensión del universo sideral (Isaías 55,9)
  • La ley de la conservación de la masa y de la energía (II Pedro 3,7)
  • El ciclo hidrológico (Eclesiastés 1,7)
  • El vasto número de estrellas (Jeremías 33,22)
  • La ley de la creciente entropía (Salmo 102, 25-27)
  • La primordial importancia de la sangre en el proceso vital (Levítico 17,11)
  • La circulación atmosférica (Eclesiastés 1,6)
  • El campo gravitacional (Job 26,7)
  • Y muchos otros.
Desde luego que estos ejemplos no han sido expuestos en lenguaje técnico de la ciencia moderna, sino en términos del mundo elemental de la experiencia cotidiana del hombre; sin embargo, todos ellos están completamente de acuerdo con los hechos científicos más modernos.
Es también significativo que jamás ha sido demostrado un error real en la Biblia, en ciencia, en historia, o en algún otro argumento. Desde luego que ha habido muchos reclamos, pero los investigadores conservadores de la Biblia siempre han sido capaces de ofrecer soluciones razonables a tales problemas.

Costumbres Judías - Nacimiento de Niños

Nacimiento y Cuidado de los Ninos
DESEO DE LAS MUJERES JUDIAS PARA TENER NINOS


Había entre las esposas judías el anhelo universal y alegría en la esperanza de tener hijos. El anhelo se expresaba en las palabras de Raquel a Jacob, "Dame hijos, o si no, me muero" (Gen. 30:1). El Señor había dicho originalmente a Adán y Eva, "Fructificad y multiplicad" (Gen. 1:28). Y la promesa a Abrahán era, "Y haré tu simiente como el polvo de la tierra" (Gen. 13:16). La ley de Dios enseñaba que los niños eran una señal de la bendición de Dios: "Bendito el fruto de tu vientre" (Deut. 28:4). El salmista nos pinta a un hombre bendecido por Dios, al decir: "Tu mujer será como parra que lleva fruto a los lados de tu casa" (Sal. 128:3). La esterilidad en el matrimonio se consideraba como una visitación divina de maldición. La esterilidad de Ana fue "porque Jehová había cerrado su matriz" (1 Sam. 1:6). El tener un hijo después de mucho tiempo de esterilidad, como en el caso de Elizabeth, quiere decir que el Señor había quitado su afrenta entre los hombres (Luc. 1:25).

PREFERENCIA POR HIJOS VARONES

Entre los árabes de Palestina hay siempre un deseo de parte los dos padres para que el recién nacido sea un niño mejor que niña. Una bendición al separarse con frecuencia usada por los árabes es: Que las bendiciones de Alá sean sobre ti, Que tu sombra nunca se empequeñezca, Que todos tus hijos sean niños y no niñas. Los niños son siempre más deseados porque existe la tendencia a aumentar en tamaño, riqueza e importancia el grupo familia clan. Cuando crecen y se casan, traen con ellos a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúan en la casa del padre, los hombres aumentan la casa, de las mujeres se piensa que las menguan. Cuando se casan, van a vivir a la casa del esposo. La actitud entre los árabes de los tiempos actuales, fue siempre la actitud del pueblo hebreo del Antiguo Testamento. Excepto los judíos cristianos, había una razón que añadir por qué cada mujer hebrea que esperaba, deseaba tener un niño. Ella siempre esperaba que su hijo fuera el Mesías. La promesa mesiánica de la Biblia, sin duda estaba siempre en los labios de las mujeres hebreas. "No será quitado el cetro de Judá, y el legislador de entre sus pies, hasta que venga Shiloh" (Gen. 49:10). "Saldrá estrella de Jacob y levantaráse cetro de Israel." (Núm. 24:17). Esto conservaba la esperanza de la venida del Mesías, y era causa de que las madres judías desearan un niño en cada alumbramiento, y que quizá ella pudiera ser la madre de Shiloh.

CUIDADO DEL INFANTE

Por años los Orientales de las tierras bíblicas han cuidado los niños tal como cuando Jesús nació. En vez de permitir al niño el libre uso de sus extremidades, se enreda de manos y pies con bandas de pañales, y así lo convierten en un bulto desvalido semejante a una momia. Al nacer, al niño se le baña y se frota con sal; con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto apretadamente con bandas de lino o de algodón de diez a doce centímetros de ancho, y de cuatro a cinco metros de largo. La venda también se pasa bajo su barba y sobre su frente. El profeta Ezequiel indica que estas mismas costumbres al nacimiento del niño se practicaban en su tiempo. "El día que naciste ni fuiste lavada con aguas para atemperarte, ni salada con sal, ni fuiste envuelta con fajas" (Ezeq. 16:4). Todos estamos familiarizados con las palabras de Lucas, de cómo cuidaron al niño Jesús: "Hallaréis al niño envuelto en pañales, echado en un pesebre" (Luc. 2:12).

RITOS JUDIOS Y OFRENDAS AL NACIMIENTO DEL NIÑO

Los niños judíos eran circuncidados a los ocho días de nacidos. El que hacía la circuncisión decía las siguientes palabras: "Bendito el Señor nuestro Dios, que nos ha santificado por sus preceptos, y nos dio la circuncisión". Entonces el padre del niño pronunciaba estas palabras: "Quien nos ha santificado por sus preceptos, y nos permite introducir nuestro niño en el pacto de Abrahán nuestro padre". Porque se decía que Dios había cambiado los nombres de Abraham y que le había dicho, "Este será mi pacto, que guardaréis entre mi y vosotros y tu simiente después de ti" (Gen. 17:10). Jesús fue circuncidado al octavo día de su nacimiento, llamándosele "Jesús" en esa ocasión (Luc. 2:21). Después del nacimiento, la madre judía pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de catorce días si era niña, Y aun después permanecía en casa treinta y tres días por un niño, y seis días por una niña. Entonces ya podía ir al templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del niño. Si era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas (Luc. 2:24).

ASIGNANDO AL NIÑO SU NOMBRE

A los árabes les gusta componer los nombres que pondrán a sus hijos con el nombre de Alá. Esta era una costumbre muy común entre los hebreos de incluir el nombre de Dios como parte del nombre del niño. Se dan aquí algunos ejemplos, de nombres hebreos que van con su significado: Abdías, "Siervo de Jehová" Abías, "Cuyo padre es Dios" Azarías, "Ayudado por Jehová" Daniel, "Dios es mi Juez" Elías, "Mi Dios es Jehová" Elcana, "A quien Dios creo Ezequiel, "Dios fortalecerá" Ochozías, "Poseído por Jehová" Otra costumbre era practicada por los judíos al poner nombre sus hijos. Después del nacimiento del primer hijo, los padres conocidos como el padre de Fulanito, y la madre de Fulanito. Y hijo añadía el primer nombre del padre como el suyo. Así habló de Pedro en el idioma arameo, como "Simón Bar-Jonás" quiere decir "Simón, hijo de Jonás" (Mat. 16:17). Los árabes dar tal nombre ahora simplemente omiten la palabra "hijo" y él sería llamado "Simón Jonás". Los judíos en tiempo de Cristo tenían nombres dobles. Así se nota en el caso de Tomás. El Evangelio de Juan, al referirse a él, "Tomás, el que se dice el Dídimo" (Jn. 11:16). Ambos nombres quieren decir "gemelos". El nombre de Tomás era arameo, y el nombre Dídimo era griego. Cuando viajaban a países extranjeros, los judíos con frecuencia asumían el nombre griego o latino, u otro nombre que tuviera un significado similar al suyo propio. Los nombres judíos dados a las niñas, con mucha frecuencia eran tomados de diversos objetos hermosos de la naturaleza, o de gracias de carácter agradable. Ejemplos bíblicos son Jemima (paloma) Tabitha o Dorcas (gacela); Rhode (rosa); Raquel (cordero); Salomé (paz); Débora (abeja); Esther (estrella). Noemí dijo a las mujeres de Bethlehem, "No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara". Usando los significados de los nombres como los encontramos en el margen de nuestra Biblia, se leerá así: "No me llaméis Placentera, sino llamadme Amargura" Ruth 1:20).

OBLIGACION DE LOS PADRES DE CRIAR BIEN A LOS HIJOS

Se entiende muy claramente en las Escrituras que la madre se entendía con la mayor parte del entrenamiento y enseñanza de sus hijos en sus primeros años. El libro de los Proverbios habla de "Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su madre" (Prov. 31:1). Y en lo que concierne a Timoteo; Pablo dice: "Desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras" (2 Tim. 3:15). Antes, en esta epístola, Pablo se refiere a la fe de la madre de Timoteo y de su abuela (2 Tim. 1:5). Entonces los jóvenes eran enseñados por sus madres. Las hijas, sin duda quedaban bajo el cuidado y guía de sus madres hasta que se casaban. Como los jóvenes iban creciendo, entonces eran enseñados por sus padres, aun cuando nunca salieran del entrenamiento de sus madres. En el libro de los Proverbios frecuentemente encontramos referencias a la instrucción de un padre a Su hij0 "Guarda, Hijo mío, el mandamiento de tu padre" (Prov. 6:20). Solamente en las familias que disponían de algunos recursos la enseñanza se confiaba a los tutores, por ser muchos los hijos (2 Reyes, 10:1.5). Las escuelas para la enseñanza de los judíos jóvenes no las hubo en operación sino hasta una fecha mucho más tarde.

Los Evangelios Sinopticos

JESÚS DE NAZARET.

Los Evangelios. Autores, fechas y destinatarios.
El Nuevo Testamento es la fe literaria de la Buena Nueva de Cristo y agrupa los cuatro Evangelios, las cartas de los apóstoles a las primeras comunidades cristianas y el Apocalipsis. Los textos principales son los cuatro Evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan que narran
La moderna crítica literaria aplicada por los exégetas de la Iglesia Católica ha permitido profundizar enormemente en las cuestiones sobre los Evangelios. Las herramientas de las que disponemos son la crítica científica: crítica de las fuentes, crítica de la forma literaria, crítica redaccional y crítica de las tradiciones. A continuación se exponen las conclusiones estudiadas hoy en día en las facultades de teología.
Los Evangelios "Sinópticos"
Se conocen como "Evangelios Sinópticos" los de Marcos, Mateo y Lucas porque tienen el mismo esquema y parten de una triple tradición común: la famosa "Fuente Q" que narraba la predicación de Jesús pero no incluía la Pasión, las tradiciones orales de los testigos y los logia o colecciones de escritos sobre las palabras de Jesús. Ambas fuentes se perdieron, desgraciadamente para nosotros.
Evangelio de Marcos
Autor: Marcos es, probablemente, el secretario de Pedro, y escribió su evangelio basándose en los relatos de los discípulos (principalmente de Pedro), ya que él no fue testigo presencial de los hechos que narra. Marcos narra en su evangelio que un joven cubierto con una sábana siguió a Jesús tras ser apresado. ¿Es este joven el propio Marcos? Muchos así lo ven.
Fecha, idioma y lugar: Marcos escribió su evangelio, el primero de los sinópticos, hacia el año 50-60. El idioma utilizado fue el griego. Desde Clemente de Alejandría es tradición situar el lugar de composición en Roma.
Destinatarios: Marcos escribió para cristianos provenientes del mundo pagano, por lo que no presta demasiado interés a las cuestiones de la Ley Mosaica, que no interesan a sus lectores y sí pone cuidado en explicar las costumbres judías, que sus lectores desconocen y por ello precisan de una explicación.
Fuentes: Marcos debió escribir su evangelio basándose en relatos de los Apóstoles y testigos presenciales de los hechos que describe. Además, según una tradición antigua, se apoyó en material de primera mano que circulaba desde la muerte de Jesús y que contenía las enseñanzas de Cristo y sus palabras: la tradición oral de los testigos y los famosos logia.
Comentario: Marcos escribió en griego, ya que por entonces el pueblo judío en su mayoría prácticamente había vuelto la espalda a la Buena Nueva, por lo que la Iglesia se abría a los gentiles con mayor vigor. Por ello pone especial atención al rechazo que los judíos radicales sentían por Jesús. Su evangelio es el menos sistemático y de más pobre estilo literario ya que está redactado en estilo coloquial. Utiliza mucho el presente histórico y su vocabulario es reducido y muy espontáneo.
Evangelio de Mateo
Autor: Mateo es, probablemente, el publicano (recaudador de impuestos) al que Jesús llamó para formar parte de los doce apóstoles, por lo que es testigo directo de los hechos que narra. También es llamado en los Evangelios con el nombre de Leví. Probablemente fue un judío helenizado
Fecha, idioma y lugar: Mateo escribió su evangelio en su forma primitiva hacia los años 60-70 y su redacción definitiva se hizo hacia el año 80, probablemente por un discípulo. El idioma empleado fue el arameo, la lengua utilizada por los judíos que vivían en Palestina. Se piensa que probablemente fue escrito en Siria, donde había mayor número de judíos cristianizados.
Destinatarios: Los judíos cristianizados, por lo que no explica las costumbres judías que sus lectores se sabían de memoria ni traduce los vocablos hebreos. Además hay varias referencias al Antiguo Testamento y a la Ley Mosaica.
Fuentes: Mateo tomó el 50% del material de su evangelio de Marcos y la parte restante de la Fuente Q y de los logia y las tradiciones orales. El relato de la infancia de Jesús no aparece en la Fuente Q ni en Marcos, por lo que Mateo tuvo aquí, y en otras partes de su evangelio, una fuente desconocida.
Comentario: Mateo escribió en arameo, la lengua que utilizaban los judíos, porque es un evangelio destinado al pueblo de Israel. Sus escritos complementan y abarcan más que los de su predecesor Marcos, pero siguen el mismo esquema. Aproximadamente Mateo tomó la mitad del material de Marcos abreviando la narrativa. Y el 25% de su evangelio coincide casi exactamente con el de Lucas, precisamente en las palabras de Jesús ya que ambos utilizan la Fuente Q. Es un evangelio construido de manera sistemática y ordenada, con una estructura basada en cinco bloques o discursos con un claro interés didáctico y teológico que se muestra en el interés de Mateo por la doctrina de Jesús
Evangelio de Lucas
Autor: Lucas es, probablemente, el médico sirio que cita Pablo y que acompañó al Apóstol en su viaje a Roma. Lucas escribió su evangelio conjuntamente con los Hechos de los Apóstoles que primitivamente formaban una obra única. No es testigo presencial de lo que narra en su evangelio pero sí de lo que narra en los Hechos. En Roma Lucas se encontró con Pedro y fue testigo de la evangelización de los dos Apóstoles en la Urbe. Es el único de los cuatro evangelistas que no es judío.
Fecha, idioma y lugar: Lucas escribió su evangelio, el tercero de los sinópticos, alrededor del año 70-80. El idioma utilizado fue también el griego. Lo que está claro es que Lucas escribió fuera de Palestina, probablemente en Grecia.
Destinatarios: cristianos provenientes del paganismo (griegos y romanos).
Fuentes: Lucas utiliza el 70% del material de Marcos y dispone de fuentes propias, exclusivas, además de la Fuente Q, de las tradiciones orales y de los logia. así, para componer su relato de la infancia de Jesús, probablemente la fuente fuera la misma virgen María, como parece intuírse leyendo el texto. Los estudiosos llaman a esta fuente original de Lucas "Fuente L" y probablemente sea la fuente más antigua de todas las involucradas en la composición de los Evangelios, aunque no sabemos si se trató de una fuente oral o escrita.
Comentario: Lucas es un magnífico escritor de atractiva personalidad que fue recopilando meticulosamente todas las tradiciones orales que le llegaron a los oídos. Aunque utiliza las mismas fuentes que Marcos y Mateo, las enriquece con aportaciones como el relato de la infancia de Jesús que, según se supone al leerlo, la misma Virgen María debió contarle. Como no era judío, no presta la misma atención que Mateo y Marcos a los temas de la Ley mosaica y sí lo hace al papel de la mujer en el Evangelio y a la necesidad de la pobreza de medios para alcanzar la riqueza espiritual. Su estilo es el mejor de los Sinópticos, con un vocabulario muy rico. Lucas retoca las fuentes de Marcos y Mateo para evitar expresiones que puedan ser malinterpretadas y pone especial hincapié en el amor de Cristo a los desheredados. Lucas escribió también el libro de los Hechos de los Apóstoles que primitivamente se publicó como parte integrante de su evangelio y que narra la historia de la Iglesia desde la bajada del Espíritu Santo en Pentecostés hasta la llegada de Pablo a Roma y que estudiaremos en el siguiente capítulo.
Evangelio de Juan
El cuarto evangelio es el de Juan, que no sigue el esquema de los Sinópticos y dispone de fuentes propias.
Autor: Juan Zebedeo, el más joven discípulo al que Jesús cariñosamente apodaba "el hijo del trueno".
Fecha, idioma y lugar: Juan escribió su Evangelio después del año 95. El idioma utilizado fue también el griego. El lugar parece claro: la isla de Patmos a la que el apóstol había sido desterrado por Domiciano.
Destinatarios: Los cristianos de origen heleno perseguidos por Roma.
Fuentes: Todo su evangelio es un compendio de su vivencia al lado de Cristo, por lo que sólo necesitó fuentes para el inicio de la obra.
Comentario: El evangelio de Juan, un "cuerpo extraño" si se compara con los Sinópticos, es un evangelio mediatizado por la terrible situación que vive la Iglesia en aquellos sangrientos días. Es el que cuenta con mayor número de detalles precisos sobre las enseñanzas de Cristo y el que utiliza un lenguaje más refinado. Precisamente es el lenguaje utilizado una de las claves del evangelio de Juan. Un evangelio muy crudo, una obra muy compleja que aún suscita interminables e interesantísimos debates. El final del texto aclara que la redacción definitiva fue obra de discípulos de Juan. Además del evangelio, Juan escribió su famoso Apocalipsis, una obra literaria que ha cautivado los corazones de generaciones enteras por su estilo. El Apocalipsis muestra a una Iglesia perseguida en medio de un mar de sangre constituido por las terribles guerras que habían azotado Tierra Santa. Una Iglesia que vencerá gracias a Cristo resucitado que se impondrá al mal y que traerá el Reino a todos los hombres de buena voluntad. Toda una maravilla para pasarse horas y horas extasiándose en su lectura.
¿Cuándo se escribió cada evangelio?
Esta pregunta es una cuestión fascinante para los que estudiamos la Historia, aunque en realidad ni quitaría ni añadiría nada nuevo a la doctrina de los escritos. Tan sólo es una mera curiosidad científica de esas que tanto nos gustan. Sobre la fecha de composición de los evangelios hay muchas dudas y casi todas son razonables. La Iglesia en los documentos del Concilio Vaticano II dejó muy claro que las fechas, e incluso los autores no están demostrados que sean los que parecen y que por ello sólo es fiable que fueron creados fruto de la inspiración de Dios, como así fue, ya que reflejan el Mensaje de Cristo en su plenitud y por ello son Palabra de Dios.
Conocemos fechas aproximadas: Marcos entre los años 50-60, Mateo 60-70, Lucas 70-80 (estos tres son los evangelios sinópticos) y el de Juan a partir del 95. Pero son sólo aproximaciones, ya que la fecha exacta es un misterio. Hay muchas interpretaciones, cada historiador tiene la suya, la mía es ésta:
La Buena Nueva salió de Jerusalén llevada por los discípulos de Cristo, los cristianos "de primera generación" expandiéndose rápidamente por todo Israel primero y hacia el norte seguidamente, hacia la costa del Mediterráneo oriental cuya población estaba completamente helenizada y que se convirtió en una magnífica cantera de cristianos "de segunda generación", es decir, de cristianos que no fueron testigos presenciales pero que tuvieron un testimonio de primera mano sobre lo ocurrido. Como por ejemplo Lucas, el médico sirio que se convirtió rápidamente, en cuanto la Buena Nueva llegó a Siria. Lucas es el cristiano "de segunda generación" por excelencia: no es judío, sino un gentil, con formación intelectual suficiente, criado en un ambiente absolutamente helenizado que rinde culto a las artes y a las letras. Es en esta zona costera de lo que hoy es Turquía y Siria, que entonces era una de las zonas más cultas del planeta e impregnada de cultura griega hasta los tuétanos donde se va a desarrollar la Iglesia cristiana primitiva, a la que Pablo dedicará sus mayores y más fructíferos esfuerzos.
Pues bien, a mí me resulta muy difícil de creer que en los años en los que se supone que Lucas escribió su Evangelio junto con el libro de los Hechos de los Apóstoles, no hubiera ya una completa literatura cristiana, al menos en esta zona helénica. Posiblemente en Israel hubiera mucha menos documentación, pero en la "zona griega" lo más común era ponerlo todo por escrito, y una pieza clave es que de los cuatro evangelios tres son escritos en griego originalmente, lo que demuestra la importancia de esta zona. Así pues, creo que lo más sensato es pensar que en la época en la que se escribieron los evangelios sinópticos había varias recopilaciones de textos que narraban la vida de Jesús. Estos textos perdidos (o tradiciones orales no puestas por escrito) hoy los conocemos como los logia y la Fuente Q y fueron la fuente común que inspiró los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas: los evangelios sinópticos que siguen el mismo esquema de composición. Desafortunadamente no conocemos esas fuentes que sin duda fueron escritas o transmitidas por testigos presenciales de los hechos, ni tampoco conocemos si concretamente hubo un llamado "protoevangelio" escrito en arameo recopilando los testimonios de los apóstoles, aunque textos sobre Jesús debían circular y no pocos, ya que la misión evangelizadora requería el soporte de la correspondencia escrita tal y como demuestra Pablo y demás escritores de los primeros años. También es muy posible que cada apóstol tuviera sus propios documentos o "memorias" recopiladas por alguno de sus discípulos, por lo que es fácil imaginar que sí hubo producción literaria, como demuestra sin lugar a dudas un hecho: que no sepamos en realidad cuántas fuentes fueron utilizadas para la redacción de los evangelios sinópticos, si dos, cuatro o una docena, porque más de una fuente al menos es algo demostrado por todos los análisis de comentario de texto realizados a lo largo de siglos de investigación. Literatura cristiana de los primeros tiempos hay más de la oficialmente reconocida por la Iglesia como canónica (la que forma el Nuevo testamento). Hay varios evangelios que no han sido incluidos en el canon (canon significa norma) por distintas razones, lo cual no supone que no sean textos de gran interés. Producción literaria hubo bastante y pensar lo contrario es cerrar los ojos ante la realidad no sólo del cristianismo, sino del mundo en el que se desarrolló.
Lo que sabemos es que el evangelio de Marcos pudo ser redactado en su forma definitiva (esto es importantísimo, ya que es muy posible que todos los evangelios circularan escritos años antes de su redacción definitiva o "última edición del autor") entre los años 50 al 60 de nuestra era, es decir, 20 años después de la muerte y resurrección de Cristo (la Pasión) y que este evangelio junto al de Mateo, redactado en su forma definitiva entre los años 60-70 de nuestra era, y al de Lucas, redactado en su forma definitiva entre los años 70-80 de nuestra era, utilizaron una serie de fuentes comunes: los logia o conjunto de escritos sobre la vida de Jesús y la enigmática Fuente Q. ¿Cuándo se escribieron los logia? evidentemente antes, bastante antes del año 50 porque no puedo creer que en el año 40, diez años después de la Pasión, no existieran varias colecciones de escritos narrando los acontecimientos. ¿Cuántos eran? nunca lo sabremos, pero que existieron es algo fuera de duda. ¿Quién los escribió? Si hablamos de escritos de antes del año 50 es indudable que fueron escritos o dictados por testigos presenciales, es decir, cristianos" de primera generación" como los propios apóstoles y demás fieles. Hace años mi abuelo me narraba sus experiencias en la Guerra Civil Española de 1936-1939. Mi abuelo fue testigo presencial y partícipe de los hechos que me narraba, un testigo "de primera generación" y yo, que recopilé sus recuerdos en mi memoria pertenezco a la "segunda generación de transmisión", esa generación que no ha vivido los hechos pero cuyas fuentes son de primera mano, como en el caso de Lucas. Si yo no hubiera conocido a mi abuelo y sus experiencias me hubieran sido transmitidas por mis padres yo pertenecería a la "tercera generación de transmisión" y mis datos estarían condicionados por aquello que mis padres hubieran creído oportuno añadir o quitar a la historia de mi abuelo. Probablemente dentro de cuatro o cinco generaciones mis tataranietos contarán una historia sobre mi abuelo que éste no podría reconocer, porque es obvio que en cada eslabón de transmisión los hechos van deformándose aunque no se pretenda. Por ello es tan importante el testimonio de Lucas sobre la infancia de Cristo cuando comenta que la Virgen María "guardaba todos esos recuerdos en su corazón". Lucas no vio al niño Jesús gatear por la carpintería de José, pero María, su madre, sí y lo más probable es que fuera ella misma la que se lo contara a Lucas, por lo que el testimonio del médico-evangelista es un auténtico tesoro.
La clave para la datación de los evangelios está en si en ellos se habla de la destrucción del Templo ocurrida en el año 70. Si los evangelistas se refieren a ella cuando hablan del Templo (cosa que no sabemos), entonces escribieron después del año 70, pero es algo que no sabemos con certeza. Por ello todas las fechas de composición de los evangelios son hipotéticas. Personalmente pienso que un hecho de tan gigantesca trascendencia como la destrucción del Templo tendría en los sinópticos un reflejo evidente, y el que no lo tenga parece indicar con claridad, a mi entender, que los tres primeros evangelios fueron publicados en su forma definitiva antes del año 70. Esta opinión es hoy por hoy la mayoritaria entre los estudiosos de este tema, puesto que es la más lógica. ¿No hubiera Mateo, el fervoroso judío que escribió su evangelio para sus hermanos, hecho referencia a la destrucción del Templo comentando las famosas palabras de Jesús?
Estudio aparte merece el cuarto evangelio, el de Juan, redactado en su forma definitiva a partir del año 95 de nuestra era ya que se publicó tras el Apocalipsis. Juan, que se nombra a sí mismo como "el discípulo a quien Jesús amaba" es el joven al que Jesús apodaba cariñosamente como "el hijo del trueno" por su vitalidad y fortaleza de ánimo. En la cruz, sólo las mujeres y Juan estuvieron junto a Jesús crucificado. En un momento determinado, Jesús, dirigiéndose a su joven discípulo Juan le señaló a la Virgen María como si fuera la suya propia (en ese gesto Cristo señaló que la Virgen es la Madre de toda la Humanidad) y Juan la acogió desde entonces en su casa, lo que demuestra que entre el joven discípulo y el Maestro había una relación de afecto fraterno como señala el propio Juan con orgullo (y no es para menos). Es evidente que la fascinante personalidad de Juan, que se revela con completa nitidez en su evangelio y en el libro del Apocalipsis, eran del agrado de Jesús, ya que la radicalidad del mensaje de Juan encaja perfectamente con el absoluto grado de disponibilidad que Jesús exige y que el Apóstol dio a su Maestro sin dudar. Juan es un magnífico literato que escribe un evangelio que sorprende porque es radicalmente distinto a los tres sinópticos, un evangelio bastante posterior cuya definitiva redacción se realizó más de sesenta y cinco años después de la Pasión pero que, con toda probabilidad el autor llevaba confeccionando desde muchos años antes. Esta redacción definitiva la efectúa un anciano Juan que, en medio de la terrible persecución desatada por el carnicero Domiciano (uno no puede comprender que semejante monstruo fuera hijo de Vespasiano y hermano de Tito) que costará la vida a gran número de mártires cristianos, es desterrado a la isla de Patmos. Probablemente no fue ejecutado debido a su avanzada edad y es en esa situación en la que el último testigo vivo de la muerte y Resurrección de Cristo, el joven al que Jesús casi setenta años antes puso un cariñoso mote humorístico y al que encomendó desde la cruz el cuidado de su madre la Virgen María, en la que va a dar forma definitiva a la edición de su evangelio en el que lleva tantos años trabajando. El Apocalipsis es terminado el año 95 de nuestra era e inmediatamente se puso a corregir su evangelio que sería publicado poco después. Habían pasado veinte años desde el martirio de Pedro y Pablo en Roma. Sabemos que Juan murió a partir de año 98, ya que en este año fue nombrado emperador de Roma el español Trajano y que el evangelista, el último de los Doce Apóstoles vivos, murió durante su reinado.